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El prestigio musical durangueño que abandonamos

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El prestigio musical durangueño que abandonamos

SERGIO SÁNCHEZ CARRASCO

En la década de 1820 hubo un gobernador de Durango que tenía apellido de plazuela: Baca Ortiz, cuyo hijo llamado Luis Baca era muy bueno para la música, por eso lo enviaron a Europa donde pulió sus facultades, cosechó grandes triunfos y logró notoriedad internacional. El maestro Baca regresó a la "Tierra de los alacranes", para instalar una academia, que engrandeció nuestro arte musical durante muchos años.

El relevo del maestro Baca fue don Manuel Herrera y Álvarez, prodigioso maestro que ejerció su profesión exclusivamente en el Durango de la segunda mitad del siglo XIX y bajo su batuta iniciaron Ricardo Castro, Alberto M. Alvarado y Velino M. Preza, quienes se convirtieron en súper estrellas nacionales e internacionales.

Luego, a principios del siglo XX, llegó Fanny Anitúa, "La Alondra Duranguense", que conquistó los escenarios más prestigiados de su tiempo y sobre todo, dejó una profunda huella en Italia, cuna de la ópera. Nuestra Fanny igual se presentaba en Francia que en Nueva York, y luego venía con la raza de Durango a cantar rancheras en las serenatas de la Plaza de Armas de Durango, Canatlán o Pueblo Nuevo.

Pero en lo que va del siglo XXI, la gloria musical durangueña internacional, ha decaído tristemente.

Todo ese bagaje que he comentado me cayó encima como si fuera la loza del Pípila en 2020, cuando presenté mi libro de Alberto M. Alvarado en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Tras bambalinas, los investigadores estaban ávidos de conocer detalles sobre los personajes que he comentado, y de las bandas musicales locales de antaño; aunque no soy filarmónico salí avante y no dejé en vergüenza al terruño. Pero quiero resaltar que se me hizo impactante que los especialistas de la Ciudad de México sienten un profundo respeto por nuestro patrimonio musical durangueño, pero acá lo tenemos completamente abandonado: Luis Baca, Manuel Herrera y Velino M. Preza son unos perfectos desconocidos; en 2018 se robaron las placas de los monumentos de Alberto M. Alvarado y Fanny Anitúa; y hace muchos años se quitó la lámina conmemorativa de la casa donde nació Ricardo Castro. Hemos lastimado y desaprovechado esa rica herencia cultural.

Para finalizar, y a propósito de la referida presentación de mi libro de Alberto M. Alvarado: quienes estén interesados en verla, pueden acceder directamente a ella con su teléfono celular o tableta, usando el lector de códigos QR en la imagen que anexo.

Escrito en: CALEIDOSCOPIO PERSONAJES DE DURANGO Alberto, Baca, musical, siglo

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