Al comienzo de la misa, Ratzinger -con casulla roja y solideo del mismo color- entonó ``Oh Dios, Padre y Pastor de la humanidad, mira a tu familia reunida aquí en plegaria y concede a su servidor y nuestro papa Juan Pablo II, que en el amor de Cristo guió tu Iglesia, que comparta con el rebaño que le fue confiado la recompensa prometida a los fieles ministros del Evangelio''.

Al comienzo de la misa, Ratzinger -con casulla roja y solideo del mismo color- entonó ``Oh Dios, Padre y Pastor de la humanidad, mira a tu familia reunida aquí en plegaria y concede a su servidor y nuestro papa Juan Pablo II, que en el amor de Cristo guió tu Iglesia, que comparta con el rebaño que le fue confiado la recompensa prometida a los fieles ministros del Evangelio''.

Al comienzo de la misa, Ratzinger -con casulla roja y solideo del mismo color- entonó ``Oh Dios, Padre y Pastor de la humanidad, mira a tu familia reunida aquí en plegaria y concede a su servidor y nuestro papa Juan Pablo II, que en el amor de Cristo guió tu Iglesia, que comparta con el rebaño que le fue confiado la recompensa prometida a los fieles ministros del Evangelio''.Ciudad del Vaticano.- Ante la presencia de reyes, presidentes, primeros ministros y dignatarios de todo el mundo, así como millones de peregrinos, se realizó el funeral de cuerpo presente del papa Juan Pablo II. EFE, AP, Reuters. 08 de Abril de 2005.

publicada el 08 de abril de 2005

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Funeral histórico del Papa Juan Pablo II

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Al comienzo de la misa, Ratzinger -con casulla roja y solideo del mismo color- entonó ``Oh Dios, Padre y Pastor de la humanidad, mira a tu familia reunida aquí en plegaria y concede a su servidor y nuestro papa Juan Pablo II, que en el amor de Cristo guió tu Iglesia, que comparta con el rebaño que le fue confiado la recompensa prometida a los fieles ministros del Evangelio''. Al comienzo de la misa, Ratzinger -con casulla roja y solideo del mismo color- entonó ``Oh Dios, Padre y Pastor de la humanidad, mira a tu familia reunida aquí en plegaria y concede a su servidor y nuestro papa Juan Pablo II, que en el amor de Cristo guió tu Iglesia, que comparta con el rebaño que le fue confiado la recompensa prometida a los fieles ministros del Evangelio''.