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Desafíos de la diplomacia mexicana frente a EUA

Con México en la mente

H?CTOR S?NCHEZ GUTI?RREZ 27 dic 2025 - 04:03

 N Uestra relación bilateral atraviesa una fase de alta complejidad estratégica, determinada por la interacción simultánea de seguridad, soberanía, crimen organizado transnacional y migración irregular. Los flujos de solicitantes de asilo y el desplazamiento forzado por la violencia criminal han dejado de ser fenómenos humanitarios aislados para convertirse en instrumentos de presión diplomática, variables de negociación política interna en EUA y factores de seguridad nacional para ambos países. "Es recomendable construir un sistema de Indicadores Estratégicos que identifiquen los desafíos actuales de nuestra política exterior y anticipen escenarios posibles para contener al crimen transnacional, migración y estabilidad regional, que están condicionando la legitimidad y margen de acción de México ante nuestro vecino y entorno hemisférico".

El primer gran desafío es que EUA visualiza al crimen organizado mexicano como amenaza directa a su seguridad nacional, que México no controla las organizaciones criminales transnacionales, y que existe vinculación directa entre autoridades, violencia, migración y desestabilización regional. Colocándonos como país de origen, tránsito y contención, bajo una presión diplomática constante que exige resultados inmediatos en control migratorio y seguridad, provocando costos políticos, operativos y humanitarios.

"Se normaliza la narrativa global de que México no controla su territorio, sus fronteras internas ni atiende integralmente los factores que producen flujos irregulares, ilícitos e ilegítimos".

Frente a este escenario, el deber estratégico de la diplomacia mexicana no es reaccionar justificando, sino reposicionar el fenómeno criminal y migratorio como amenaza compartida, transnacional y compleja, cuya solución requiere corresponsabilidad bilateral y regional, donde el crimen organizado actúa como expulsor y como beneficiario económico, explotando personas, rutas y vacíos institucionales; priorizando defender la soberanía desde la corresponsabilidad efectiva, con compromisos verificables que reduzcan la demanda de drogas, control del tráfico de armas y financiamiento a esquemas regionales de desarrollo y atención a las causas.

"Sin resultados internos en control territorial, reducción operativa-financiera del crimen, protección de personas y corredores delictivos, la diplomacia mexicana se queda sin sustento real al perder legitimidad y credibilidad".

En el escenario actual, persiste una cooperación condicionada, donde México contiene flujo migratorio y es "socio parcial obligado en seguridad", mientras EUA mantiene presión política, económica y discursiva. Un escenario de endurecimiento unilateral implicaría mayores exigencias de control fronterizo, sanciones directas y condicionamientos comerciales o financieros ligados a seguridad y migración. El escenario deseable es un reequilibrio estratégico, donde México demuestre avances visibles y sostenidos en debilitamiento del crimen organizado, recuperación de territorios, reducción del desplazamiento forzado y gestión ordenada de flujos migratorios, lo que permitiría una cooperación más simétrica y sostenible.

"El escenario más adverso es un deterioro estructural, donde violencia, migración desbordada e impunidad interna fortalezcan el relato global de riesgo sistémico, afectando inversiones, comercio y credibilidad diplomática".

Para no quedar atrapado en un discurso vacío, México necesita un sistema de medición con esquemas que evalúen el impacto real del crimen, nuestra credibilidad internacional, el nivel de presión estadounidense, la eficacia-operativa en seguridad y el impacto internacional del control migratorio. Indicadores que deben incorporar métricas sobre desplazamiento interno forzado por violencia criminal, captura de rutas por organizaciones delictivas, impacto punible en flujos irregulares, resultados judiciales contra estas redes de tráfico ilícito y trata de personas; y corresponsabilidad estadounidense en financiamiento, control de armas y atención regional a la migración.

La cooperación binacional será estable, cuando incluya intercambio de Inteligencia de calidad, índices reales de corresponsabilidad, reduzca estigmatización de México, y mejore una recíproca relación estratégica.

"Estos indicadores permiten anticipar riesgos, identificar retrocesos y recuperar el histórico prestigio de nuestra diplomacia".

Enfrentamos un reto geopolítico estructural, donde la autonomía y legitimidad soberana en la relación bilateral dependen de nuestra capacidad para debilitar crimen organizado y contener el fenómeno migratorio, desde, y a través de nuestro territorio respetando derechos humanos.

Sin resultados demostrables en el control territorial, inteligencia financiera enfocada al crimen transnacional, captura de líderes y coludidos, desarticulación de redes criminales y atención efectiva a las causas integrales:

"Nuestro discurso de eficacia interna será ocioso 'y la presión de las nuevas reglas comerciales arancelarias estadounidenses' será más impositiva y unilateral".

Acallar el señalamiento internacional de colusión oficial interna con nuestro crimen organizado y reducir el desplazamiento forzado son los principales factores que definen el lugar de México en América del Norte y su viabilidad como actor hemisférico confiable con posibilidades diplomáticas, credibilidad internacional. Enfrentando técnica y correctamente 'las nuevas reglas comerciales de EUA.

"Este desafío se debe afrontar estructuralmente con visión de Estado, sin simulaciones ni compromisos internos. Solo así la diplomacia mexicana seguirá operando sin tensiones, con creciente influencia soberana y autoridad internacional".

* El autor de esta colaboración es General de División Estado Mayor y Maestro en Seguridad y Defensa Nacionales.

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