'Destilados dañan imagen del mezcal'
Los productores locales de mezcal han tenido problemas para afianzar la confianza de los mercados debido a la producción en la entidad de destilados que se venden como bebidas originales.
Gilberto Roldán Quezada, maestro mezcalero en Nombre de Dios, señala que en 2005, Durango era reconocido por la calidad de su mezcal; sin embargo, algunos productores aprovecharon el golpe de popularidad para comercializar destilados que los productores consideran como mezcal adulterado.
"Son mezcales procesados en casa, con ayuda de poco mezcal", lo que debería identificarlos como destilados, no como mezcal.
La diferencia, explica, es que el mezcal es una bebida fuerte, con un sabor apenas dulce por el azúcar natural, mientras que los destilados suelen tener un sabor más agradable pero provocan resacas más fuertes.
La producción de destilados se realiza principalmente en Durango y Nombre de Dios y, al respecto, el maestro mezcalero apunta que no se puede prohibir la venta, porque no hay violación a normas de sanidad pero debería haber una advertencia para los consumidores a fin de que conozcan el producto que están consumiendo.
Mientras tanto, las vinatas locales están inmersas en un problema de competencia desleal por los bajos costos de los destilados.
La producción de lo que los maestros mezcaleros llaman alcohol adulterado provocó una baja en el consumo local y nacional de mezcal que apenas empezó a revertirse en 2012.
Desde hace seis años, ha habido una recuperación paulatina en los mercados del mezcal y los productores han buscado posicionar su producto entre los consumidores locales, nacionales e internacionales.
MATERIA PRIMA
A la competencia desleal que padecen las vinatas locales se suma la sobreexplotación de la materia prima que se utiliza para la elaboración del mezcal.
Roldán Quezada refiere que casi el 95 por ciento del mezcal que se produce en Durango es gracias al maguey silvestre que crece en la región.
Sin embargo, en los últimos años los productores de tequila han volteado hacia Durango como fuente de maguey.
"Llegan y le compran a los ejidatarios (maguey) de contado, estamos dejando que nos roben la piña y de aquí a unos cinco años vamos a ver los efectos que nos va a causar".
Existe, a decir del empresario, una alta probabilidad de que en el mediano plazo las vinatas de mezcal en Durango no encuentren materia prima para seguir la producción.
Se estima que las plantaciones comerciales tardan hasta ocho años en ser productivas, pero además el volumen que generan aún es bajo para hacer frente a la demanda local y nacional.