Condominio es de mi hijo: Jiménez Espriú

El secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, afirmó este lunes que ya no es propietario de un departamento en Houston (Texas, Estados Unidos), que pasó a su hijo a través de una sociedad.

"De manera previa a mi regreso como funcionario público, las acciones de esa sociedad, que se encontraban a mi nombre, pasaron a la titularidad de mi hijo Javier Jiménez Gutiérrez", apuntó el secretario en un boletín.

Una investigación del periódico Reforma reveló este lunes que el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) posee desde 2016 un condominio valorado en unos 6.6 millones de pesos en Houston.

No obstante, esta propiedad no aparece en la declaración patrimonial de Jiménez Espriú, en la que sí reportó tener dos vehículos, uno de 2003 y otro de 2012, así como una enorme colección de libros de tres millones de pesos (unos 158,000 dólares).

En respuesta a lo publicado por Reforma, Jiménez Espriú, informó que el inmueble fue adquirido por su esposa en 1992.

Agregó que en 2016 fue "donado" a una sociedad estadounidense en la que "con toda transparencia", fungió como administrador. "Asunto que es del dominio público", puntualizó.

Antes de regresar como funcionario público, las acciones de esa sociedad pasaron a ser titularidad de su hijo.

"En consecuencia, si bien Javier Jiménez Gutiérrez se desempeña como administrador de tal sociedad, su servidor no tiene relación alguna con ella", subrayó el titular de la SCT.

Por todo ello, argumentó que el "inmueble en mención no fue reportado" en su declaración patrimonial.

La publicación del patrimonio es un ejercicio de transparencia indispensable para trabajar en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador, quien ha promovido una política de "austeridad republicana" basada en bajar el sueldo a los altos funcionarios o vender vehículos oficiales.

La semana pasada, otra investigación del mismo diario reveló que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tampoco declaró la propiedad de un lujoso ático de unos 580,000 dólares en Houston.

Sánchez Cordero alegó entonces que ella sí dio esta información para que se publicara en la declaración de propiedades y bienes oficial, pero fue la Secretaría de la Función Pública quien ocultó esta propiedad en su plataforma de datos.

Ambos inmuebles, el de Sánchez Cordero y el de Jiménez Espriú, están muy cerca el uno del otro.