Se contradicen en tema de seguridad
Funcionarios del Gobierno del Estado entraron en contradicción respecto a las condiciones de seguridad en la región sur de Mezquital. Adrián Alanís señaló que todavía hay conatos que involucran a grupos delictivos, mientras que Javier Castrellón aceptó la presencia de maleantes, pero sin el registro de incidentes.
Adrián Alanís Quiñones, secretario General de Gobierno, mencionó que la presencia de grupos delictivos en Mezquital ha sido esporádica gracias a que la presencia de las Bases de Operaciones Mixtas (BOM) han ayudado a inhibir su presencia en esa zona de la entidad.
Son grupos que vienen de entidades vecinas como Zacatecas y Nayarit, por lo que se ha buscado blindar la zona para evitar tener una mayor problemática.
Recordó que con anterioridad se registró una situación similar en los límites con Sinaloa, en donde incluso hubo desplazamiento de familias.
Esto ocurrió en localidades de municipios como Tamazula y San Dimas, en donde algunos pueblos fueron abandonados, hasta que se implementaron las acciones pertinentes para contrarrestar el problema.
Admitió que se ha suscitado recientemente algunos conatos en esa región del sur de Durango, debido a la presencia de grupos delictivos, sin embargo, con la misma intensidad que hace algunas semanas.
"Esperamos que pronto podamos tener un encuentro de coordinación los tres estados (Durango, Zacatecas y Nayarit) en la localidad de Huazamota, municipio de Mezquital.
Sin embargo, Javier Castrellón Garza, secretario de Seguridad Pública, consideró que a lo que se refería Adrián Alanís es al ataque que sufrieron elementos de la Policía Estatal, del cual se informó en su momento.
"No hay ningún otro reporte de enfrentamiento entre civiles o entre corporaciones y civiles. No hay foco rojo en Mezquital, aunque se mantienen los patrullajes y presencia policial en la zona", dijo.
Comentó que según lo ocurrido en el ataque contra agentes de la Policía Estatal, en la zona de Las Cruces y San Pedro, localidades cercanas a Huazamota, existe la presencia de entre 10 y 12 personas que poseen armas de grueso calibre, pero hasta no han incurrido en acciones que desestabilicen a la población, como secuestro o ataques contra civiles.