'Niños en Mezquital son cinco veces más vulnerables'

Debido a la falta de alimentos, los niños indígenas que viven en el municipio de Mezquital son cinco veces más propensos a sufrir desnutrición, según datos de la Secretaría de Salud del estado de Durango (SSD).

Felipe Asís González, subdirector de Promoción y Supervisión a la Salud, informó que a nivel nacional Mezquital es uno de los municipios con menor Índice de Desarrollo Humano. Este mide variables como educación, nivel de vida (ingreso laboral), y salud.

La mala nutrición es uno de los principales flagelos que sufren los menores de la región. “Un niño de Mezquital tiene cinco veces más riesgo de ser desnutrido”, refirió.

La falta de dinero para adquirir comida y la inexistencia de productos con niveles nutrimentales adecuados, son las principales causas del problema de salud.

Personal de la SSD ha detectado que en las tiendas de las comunidades se ofrecen alimentos chatarra como refrescos y frituras. Por ello aunque las familias tengan dinero, es poco común que compren comida sana, explicó Asís González.

Asimismo, el fenómeno se atribuye a la cultura. Según estudios de la SSD, las personas que habitan en Mezquital, especialmente en las comunidades más lejanas, “son más vulnerables a la mercadotecnia, si les ofreces frituras tienen más predisposición a comprar”, refirió el subdirector.

Por ello y por años, esta localidad ha estado en el blanco de las autoridades para combatir la pobreza alimentaria que ha matado a varias niñas en los últimos dos años. Una de las estrategias que se implementan, según informó el entrevistado, es la reeducación a las familias a través de talleres de alimentación en donde se enseña el plato del buen comer. En el 2018 realizaron dos mil 200 en todo el estado, la mayoría en municipios como Mezquital, Pueblo Nuevo y otros que presentan problemas nutrimentales.

“Te pongo el plato y te digo, mira la carne debe ocupar más o menos este espacio, las verduras, la fruta”, dijo el doctor.

Sin embargo, admitió que si las familias sólo tienen acceso a las “papitas” o simplemente no tienen dinero para comprar, la reeducación no tiene efecto y los niños siguen en riesgo.