Venezolana pide una oportunidad en Durango

Con evidente desesperación, Geraldine Rivero, ciudadana venezolana, quien se encuentra en Durango con permiso de turista, pide apoyo a la sociedad y al gobierno de esta entidad para quedarse a trabajar aquí.

Esto debido a la complicada e incierta situación que se vive actualmente en su país, en donde la situación económica es cada vez más difícil y por ende la calidad de vida deja mucho que desear.

En entrevista con El Siglo de Durango, Geraldine platicó que llegó a Durango desde diciembre pasado en calidad de turista, gracias a que posee su "valioso" pasaporte, documento que el Gobierno de Venezuela en estos momento no está expidiendo.

Allá dejó a su hijo de 13 años, a su madre y a una hermana, con la consigna de que haría todo lo posible para apoyarlos económicamente, pues la situación en aquel país es cada vez peor.

Relató que de 2009 a 2015 trabajó en la Gobernación del Estado de Miranda, sin embargo, llegó el momento en el que su salario no le alcanzaba más que para pagar el transporte público.

"Nos redujeron el salario, sino que la moneda de mi país bajó mucho su valor. El salario mínimo es de 18 mil bolívares al mes y el dólar equivale a cinco mil 600 bolívares", relató.

Un cartón de huevo cuesta 16 mil bolívares y un kilogramo de carne está en 22 mil bolívares, lo que deja ver lo difícil que resulta incluso alimentarse en Venezuela.

"Fluye ayuda, pero muy poca y para los más necesitados, pero para quienes tenemos preparación y un día vivimos relativamente bien, la situación empeora cada día", expuso.

Para quedarse a trabajar hay muchas trabas, pues aunque admite que en las oficinas de Migración han sido amables con ella, no puede pagar lo que se exige por Ley, ni tampoco cumplir con ciertos trámites que se requieren para ser contratada por alguna empresa.

"Le cuesta a la empresa y me cuesta a mi y yo no tengo un solo peso", dijo Geraldine, quien aseguró que no pide más que la ayuda con un permiso y un apoyo crediticio para poner una especie de kiosco en el que pueda ofrecer postres y otros alimentos típicos de Venezuela.

"Creo que con eso me puede ir bien de momento", comentó quien cuenta con una ingeniería en informática y es originaria de Los Teques, del Estado de Miranda, en Venezuela.

Con tono de consternación reiteró su petición de ayuda, pues para ella sería muy penoso tener que regresar a la incertidumbre de su país, sin poder hacer nada para ayudar a sus seres queridos, quienes depositaron su confianza en que ella podía hacer algo acá en México.

Dijo que llegó a Durango y no a otra ciudad, incluso más grande, porque es en donde tiene pocos contactos, incluso dice que ha recibido buen trato de parte de quienes ha conocido, pero no tiene la oportunidad de trabajar, por la situación ya mencionada.

"No quiero que nadie me regale nada, quiero una oportunidad de trabajar para ganarme la vida", dijo Geraldine, quien proporcionó su número de teléfono a este medio al que pidió ser el vínculo de ayuda en caso de que alguien le quiera tender la mano.