Violencia extrema en 'Cómprame un revólver'

Ecatepec, Sonora, Chihuahua o cualquier otra parte del país puede ser el escenario de la película "Cómprame un revólver", de Julio Hernández Cordón, que pone sobre la mesa temas como el feminicidio, el tráfico de drogas, la corrupción y los vínculos entre el gobierno y el crimen organizado.

"El contexto de la cinta tomó sentido a finales de los 90 con la detonación de la situación que vivían las mujeres en Ciudad Juárez, donde desaparecían y morían; poco a poco até cabos y dije: si esto sigue pasando, los mexicanos nos vamos a extinguir porque en vez de ir disminuyendo, al transcurrir el tiempo, las cifras están aumentando", comentó el realizador de origen guatemalteco.

Como creador, al igual de muchos otros, con su obra busca exorcizar sus miedos y sus demonios, porque al hacerlo también procura que eso suceda con la sociedad.

"El arte no sólo crea comunidad e identidad sino también diálogo, que se hablen, se documenten las cosas y la gente pueda dialogar y buscar nuevos caminos.

"Tengo hijas, amigas, pareja, mamá y vecinas y me gustaría que México fuera amigable con todos, que salgas a la calle sin miedo, que los niños tengan una infancia. Me gustaría que México fuera diferente", expresó en rueda de prensa.