Es mi niña golondrina
que no conoce de mar,
sólo conoce la sierra
de Durango, su entidad.
Mi niña conoce el llano,
la montaña, el gran solar
de su tierra bien amada,
pero no conoce el mar.
Siempre sueña el mar despierta
y alegre se lo imagina…
¡El vaivén de agua salada,
playas de arena muy fina!
La caracola en su oído
rumores le trae de él,
oye el golpear de las olas
en el acantilado aquél.
Corre, cerrando los ojos,
por playa desconocida,
recoge mil carapachos
caracoles ya sin vida.
Mi niña no ha visto el mar
y en él estaba dormida,
mi niña no ha visto el mar
y en él estaba metida.
En él se formó su cuerpo,
en él se forjó su vida.
La vida empezó en el mar,
la vida, de toda vida.
Es mi niña sirenita
que adentro forja su mar.
Es una estrella bonita
de cinco puntas de mar.