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PADRES E HIJOS

Impulsemos sus sueños

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IGNACIO ESPINOZA GODOY

Cada vez que escuchamos a algún niño o niña, independientemente de si se trata de un hijo o hija nuestros, hablar de sus sueños, del futuro que quisiera construir cuando llegue a ser adulto, lo menos que quisiéramos es que esos planes que se ha forjado como una meta a mediano o largo plazos se convirtiera en una brillante realidad cuando se llegue ese tiempo, aunque sabemos que en ocasiones se encuentran ante una serie de obstáculos o limitaciones que les impiden avanzar al ritmo que él o ella desearían. No obstante, algunos de ellos no desisten a pesar de esas piedritas que se hallan en el camino.

Alguna vez nos ha tocado observar a un pequeño o pequeña compartir sus anhelos u objetivos, que en un principio hasta podríamos llegar a pensar que no son fáciles de realizar, sobre todo si viven en un entorno de carencias o dificultades económicas en sus familias, de tal forma que hasta llegamos a experimentar un sentimiento de nostalgia o frustración cuando analizamos su situación en particular y arribamos a la conclusión en el sentido de que esas metas son un tanto complicadas si no cuentan con el respaldo de algún adulto, principalmente si se trata de su familia o de alguien muy cercano a su entorno.

Sin embargo, en el caso concreto de nuestros hijos e hijas, lo más seguro y lógico es que esos sueños sean apoyados en la medida que las fuerzas nos alcancen para que esas metas se cristalicen en hechos tangibles que ellos y ellas puedan disfrutar, porque se trata de su futuro, ya sea que esas aspiraciones se relacionen con sus estudios o con cualquier otro proyecto que busquen emprender con todo nuestro respaldo, pues finalmente es parte de nuestra responsabilidad contribuir a que sus objetivos se conviertan en una realidad palpable.

¿Qué pasa cuando esas metas de los hijos e hijas no reciben el respaldo de sus progenitores? Lamentablemente, se convierten en sueños frustrados que no siempre son fáciles de alcanzar cuando se navega contra corriente debido a que el padre o la madre (o ambos) no les dan la debida importancia, de ahí que es sumamente trascendente que nos convirtamos en cómplices de los vástagos y los ayudemos en sus aspiraciones cuando se trate de iniciativas que apuntan a llegar a un objetivo encomiable y digno de elogio como lo es abrazar una profesión o concretar un proyecto de otro tipo.

Y es que, amable lector, es común que muchos niños y niñas se queden con las ganas de hacer realidad esos sueños que tejen por años, con la esperanza de recibir el apoyo de sus padres pues son ellos finalmente los más cercanos y quienes deben conocer a fondo sus aspiraciones para crecer en todos los aspectos, desde el personal, el humano, hasta el académico, que es fundamental para muchos de ellos para consolidar esos anhelos que surgen de ese ánimo por salir adelante y así dejar huella de su paso por este mundo que les tocó vivir.

A nosotros, sus padres (a ambos, mamá y papá), nos corresponde no sólo animarlos y motivarlos para que no abandonen esos objetivos que para ellos son importantes porque se trata de hacer lo que les gusta en esta vida, sino que nuestro papel debe ir más allá al ofrecerles todas las herramientas para que no desfallezcan para ir en pos de esa meta que es fundamental en su existencia ya que la vida está llena de retos que sólo se pueden vencer si se cuenta con la suficiente fuerza de voluntad, disciplina, orden, responsabilidad y constancia, entre otros factores y atributos que se deben consolidar en el camino al éxito.

No es sencillo, desde luego, para niños y niñas, cumplir ese sueño cuando, sobre todo, no tienen ese respaldo de sus progenitores. Sin embargo, se ha sabido de casos increíbles en los que esos pequeños y pequeñas no se dejan derrotar por la adversidad y, al final, logran alcanzar esa meta que puede significar un proyecto laboral o un logro académico, todo sin el respaldo de los suyos, por lo que es más que elogiable esa tenacidad por conquistar esa meta que para muchos sería algo inalcanzable.

Los padres, estimado lector, debemos estar siempre al lado de los hijos e hijas para no sólo impulsarlos anímicamente, sino también para ofrecerles todo el apoyo que puedan requerir para culminar ese propósito que se han fijado ya que generalmente se trata de objetivos más que nobles y justificados cuando llevan implícito ese deseo por convertir en realidad cualquier deseo.

Seamos, pues, sus más fervientes impulsores cuando se trate de alcanzar una meta noble, sin importar su naturaleza, pues no hay nada más importante que contribuir en su realización, personal y profesional, y su felicidad, razón por la que vivimos todos los días sus progenitores, así que luchemos a su lado para que lleguen a la anhelada meta que representa un proyecto de vida y para el que trabajan todos los días.

Escrito en: Padres e hijos esos, meta, trata, esas

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