Estoy por terminar el libro
como degustando un alimento
que no quieres que acabe.
Sé que el tiempo se detiene
en esas 533 páginas
y estoy por dar la última mordida.
He leído sobre nazis y judíos,
tanta deshumanización e infamia.
Sólo que Markus Zusac
me convidó de su sazón
y sin pensarlo sigo la senda
de Liesel Meninger,
ladrona de libros,
nazi sin sentirlo.
Niña de grandes compromisos,
cómo reparte su vida
entre sus letras y los cuentos judíos,
el amor no dicho del atleta
y su deber al músico y al padre.
Me has dejado buen sabor de boca,
un sentimiento interno,
que hace latir abotagado
de letras y dolor
el pulso de mi cardias.
Niña ladrona de libros
y de corazones,
no dejes que termine
ese largo recorrido de las hojas...
Ven a robarme el libro macerado
donde escribí mi historia.