¿Y los cambios en Gobierno?
Pasan los días y pareciera que en Durango seguimos a la espera de que le cambie el humor al Presidente de la República para que ahora sí voltee a vernos, para que ahora sí cumpla sus promesas y por fin libere los recursos "atorados".
Pasan los días y los indicadores económicos siguen demostrando que nuestro estado atraviesa por una crisis económica que va creciendo, en la cual "no se ve la luz" al final del túnel y que los pronósticos para el próximo año son, desgraciadamente, peores. Si nuestra esperanza es que las y los legisladora(e)s federales consigan un buen presupuesto federal para el 2020, desde ahorita podemos adelantar que no nos esperan buenas noticias.
En la agenda pública y mediática es cada vez más evidente que en el Gobierno Estatal hay secretarios que no han cumplido con su tarea. En días pasados, cuando se presentaron en la glosa del Tercer Informe, ni siquiera ellos creyeron los datos que ahí se presentaron. Contaron con la complacencia de los diputados locales, que en el pleno del Congreso del Estado fueron muy "blandos", pero ante los medios de comunicación presumieron de ser muy "críticos".
En este ejercicio, sobresalieron dos Secretarías, pero por sus pobres resultados: Obras Públicas y Desarrollo Económico. Ambas, fueron las principales señaladas en por parte de los partidos de oposición, y lo más preocupante para el gabinete estatal fue que no hubo argumentos sólidos para defenderse.
Echarle la culpa a la economía global y a la indiferencia del Gobierno Federal dejó de ser efectivo ante la ciudadanía. Sí, la "austeridad republicana" es un hecho que se acentúa en quienes no son los "favoritos" del Presidente López Obrador, pero tampoco es una sorpresa, pues se sabía que esto ocurriría desde que ganó la elección en julio pasado. Hubo tiempo pues para echar a andar un "Plan B".
Gobernar implica cometer errores y aciertos. Corregirlos y volver a intentar es parte de dicha función; el problema es cuando no se quiere reconocer el problema, cuando hay tardanza en la toma de decisiones para tratar de enderezar el rumbo.
A Tomás Ramón Dávila Flores y a Arturo Salazar Moncayo los han señalado directamente los Morenistas, Priistas y organismos empresariales y civiles, quienes no mienten al decir que no hay obra pública en el estado, que no hay inversiones, que se están perdiendo miles de trabajos y que derivado de todo esto, Durango ha caído en un estancamiento económico preocupante.
A eso le podemos sumar otra áreas como Turismo, con Eleazar Gamboa; Bienestar, con Jaime Rivas Loaiza y Agricultura, con Jaime Corral, que tampoco han ayudado mucho a que crezcan los indicadores favorables para el gobierno de José Rosas Aispuro, por ello se ha comenzado a especular sobre sus probables salidas. Justo a la mitad de su sexenio, los cambios en su equipo son no solo necesarios, sino urgentes, pues se requieren de ideas nuevas y un plan de trabajo diferente a los que hasta ahora se ha desarrollado.
Son crecientes los rumores de que el mandatario estatal está esperando para poder realizar un "paquete" de cambios en donde haya una sacudida general, pero a la par, también crece la desesperación de diversos sectores quienes ven con tristeza que algunos de sus "representantes" parecieran haber caído en una especie de conformismo.
Si Durango no está en la mente y corazón de López Obrador, es momento de empezar a buscar otros países para tratar de atraer ese dinero que tanta falta hace en el estado (planes concretos, no paseos turísticos). Si Durango no cuenta con legisladores federales competentes para abrir puertas en la capital del país, pues es tiempo de empezar a buscar gestionar directamente dichos proyectos (dudo que algunos de ellos sepan siquiera cómo presentar proyectos ejecutivos). Vamos, los momentos de crisis también representan áreas de oportunidad, sin embargo nos queda claro que varios secretarios del gabinete estatal no están en esa misma sintonía. ¿Para cuándo pues los cambios? Urgen nuevas ideas para tratar de revertir la difícil situación... ¿O usted qué opina?
Twitter: @jperezarellano