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Singularidad económica

El baile de los que sobran

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El baile de los que sobran

El baile de los que sobran

SOFÍA GAMBOA
"Estuvo muy lindo, pero es muy triste que todavía se tenga que seguir cantando. Esa canción fue creada bajo las mismas condiciones en las que se cantó ayer: en toque de queda y con balazos".

— Jorge González, Los Prisioneros

"En medio de esta América Latina convulsionada veamos a Chile, nuestro país es un verdadero oasis con una democracia estable, el país está creciendo, estamos creando 176 mil empleos al año, los salarios están mejorando": palabras mencionadas por el presidente Sebastián Piñera el pasado 8 de octubre del 2019 en televisión.

El mandatario analizaba la crisis política de la mayoría de los países de Latinoamérica. Una Argentina y Paraguay en recesión, México y Brasil estancados, Bolivia y Perú con una crisis política muy grande, Colombia con resurgimiento de las FARC y de las guerrillas. Sin saber que al cabo de unas semanas una olla de presión explotaría en su propia casa.

Se anunció el aumento del 4% en las tarifas del metro, el más caro de Latinoamérica, cuatro veces más caro que en Buenos Aires, inclusive más caro que el de Nueva York. Lo que provocó una violenta reacción contra un presidente multimillonario con el fin de enriquecer aún más a las empresas privadas mientras sus niveles de vida se estancan. La gente salió a la calle en marchas transversales, participando todas las clases sociales.

La transmisión en el televisor de llamémosle "VNP", cuya residencia es Santiago, transmitía escenas muy violentas de personas quemando autobuses en las calles, destruyendo y quemando estaciones del Metro y riñas callejeras contra el Ejército. Ella tuvo que resguardarse en su casa por casi una semana sin salir en un país desconocido.

Como resultado al día de hoy, por estos eventos, se tiene al menos 20 muertos, más de mil heridos y más de 3,000 detenidos. Escenas que se pensó jamás volverían a repetirse en la capital sede del Palacio de la Moneda, después del régimen de Augusto Pinochet en los años 70-90´s.

Los chilenos no son los únicos ciudadanos en el mundo que están presenciando esta serie de violentas protestas. En las últimas semanas han surgido manifestaciones en Ecuador, Bolivia, Haití, Cataluña, Líbano, Irak, Hong Kong. Los detonantes de las protestas han sido incrementos en los costos de bienes y servicios que utiliza la población, generando incremento de la desigualdad social y económica.

Vivimos bajo una desconfianza generalizada de la democracia y los partidos políticos como instrumentos de representación política, y de frustración de los ciudadanos con los resultados de una globalización mal ejecutada. Para el economista serbio Branko Milanovic, 2019-20 serán años con movilizaciones a nivel mundial originadas por la inconformidad social.

Chile, era a los ojos del mundo, el modelo del neoliberalismo, el ejemplo del modelo económico creado por la Escuela de Economía de Chicago y del mercado libre. Germinando la idea que éste era más una empresa privada que una nación.

El país de la estrella solitaria siempre ha sido el más desigual de la región, solo después de Colombia y Honduras. Gracias a las políticas económicas impuestas en el duro régimen de Pinochet, Chile se convirtió en el país más rico de América Latina. Sin embargo, este modelo económico siempre estuvo acompañado de inequidad.

Las manifestaciones en Chile son en gran parte producto de la incapacidad del país en convertir el crecimiento económico en desarrollo con equidad social, de la frustración económica, de la desesperación de ver cómo el gobierno fue incapaz de ofrecer servicios básicos de calidad, del rechazo a los mecanismos tradicionales de la democracia, de la nula movilidad social. El 60% de los hogares gasta más de lo que recibe como ingresos, lo cual explica por qué hay tantas familias endeudadas.

El presidente ha tenido que pedir perdón "por la falta de visión" en cadena nacional, y establecer un acuerdo con los partidos de la oposición sobre un conjunto de medidas económicas y sociales, incluido el aumento de la pensión básica universal y el salario mínimo, así como el retroceso en los aumentos de electricidad, pidiendo la renuncia a su gabinete. Sin embargo, la gente quiere su destitución.

Próximamente este país será sede de dos grandes cumbres internacionales: APEC y COP25. Lo cual presiona al gobierno para demostrar que puede establecer el orden pacíficamente y recibir a los líderes mundiales. Esta explosión permitirá sentar bases para sembrar su nuevo camino de desarrollo, superar los conflictos sociales y comenzar a construir un nuevo país.

Gran lección para otros países que en grados distintos también hemos fracasado en convertir la prosperidad económica en sociedades más justas, y que hemos visto cómo la política y la democracia se deslizan hacia un mercado corrupto que no tiene relación con los intereses y preocupaciones de las personas.

@GamboaSofia

Escrito en: Singularidad económica país, caro, democracia, modelo

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