Anécdotas taurinas de Durango
La primera Plaza de Toros de Durango.- Según el eminente historiador José Fernando Ramírez, en sus Noticias históricas y estadísticas sobre Durango 1849-1850, la primera plaza de toros de Durango era de adobe en forma circular, circundada de galería de piedra, coronada por palcos o aposentos espaciosos, defendidos por vallas firmes de madera. Esa misma plaza (dice el que esto escribe) fue derrumbada en el año de 1917, por el entonces gobernador provisional de Durango Gabriel Gavira, quien tratándose de tumbar edificios durangueños era toda una bestia peluda. Dicha plaza se encontraba al costado oriente del Parque Ortiz de Zarate.
La muerte en el ruedo del Ecijano.- Ocurrió el 5 de febrero de 1899, cuando Juan Jiménez llamado el Ecijano, al preparase a matar, cayó fulminado por un infarto. Sus restos reposan en el Panteón de Oriente.
La herida de Gaona.- el 15 de julio de 1906, se presentó Rodolfo Gaona con la Cuadrilla Juvenil Mexicana. El futuro gran torero creador de la gaonera y ejecutante del Par de Pamplona, tuvo una faena premiada con ovaciones del público, pero al ejecutar el salto con garrocha en su segundo toro, resultó herido en una mano por la puya, viéndose obligado a retirarse a la enfermería, lo que le impidió reaparecer en la segunda corrida de la Cuadrilla Juvenil Mexicana, efectuada el 22 del mismo mes de julio.
Las corridas de toros juaristas.- En los festejos estudiantiles de la Universidad Juárez, del mes de mayo, no podía faltar la corrida de toros escenificada por valientes universitarios con la ganadería de don Francisco Hernández. Una de ellas tuvo lugar el 24 de mayo de 1953 en el Campo Deportivo Durango, partiendo plaza Alberto "Chito Niebla," Jesús Orrante, Pedro Camacho y Raymundo Milán.
El toro de las monedas en el testuz.- El domingo 19 de julio de 1936, a las cinco de la tarde, en la plaza de Durango llamada México, la torera María de la Cruz "La Rubia" y José Sapién "Formalito," lidiaron cinco toros bravos de la ganadería "Molinos" de Rufino Triana, de Juan Aldama Zacatecas, de los cuales cuatro fueron a muerte y uno de ellos para el público, llevando éste monedas pegadas en la cabeza, para los aficionados que tuvieran el valor de bajar a quitárselas. Con esta crisis económica, no estaría demás, revivir al toro con monedas en el testuz.
La corrida del miedo.- Así fue llamada la corrida citada por el periódico La Evolución del miércoles 30 de noviembre de 1898, la corrida de toros del domingo, ya que en ella tuvieron miedo desde el torero, hasta los picadores y los banderilleros. Seguramente el toro también.
El cronista taurino aporreado.- El torero español Manuel Moreno, por lo visto no toleraba críticas, pues sin más ni más, asaltó en diciembre de 1904, al joven cronista de toros Lorenzo Parra Durán, disgustado porque lo había criticado.
Los toros que no merecieron llamarse toros.- La corrida de toros del domingo 15 de enero de 1905, fue tan mala, pues si bien fue digno el trabajo de los diestros Vicente Pastor "Chico de la Blusa" y de Joaquín Capa "Capita," el periódico La Estrella de plano calificó a los toros de bueyes, pues no merecieron el nombre de toros.
Lorenzo Garza "El Magnífico" en Durango.- Fue el sábado 5 de febrero de 1944, cuando en la plaza de Durango, "El Ave de las Tempestades" se presentó alternando con Manuel Gutiérrez "El Espartero," Luis Rodríguez y Chucho Cabrera en la corrida llamada el "Festival del Siglo" y con razón, pues Lorenzo Garza y "El Espartero" enloquecieron con las maravillas milagrosas que surgieron de sus capotes y de sus muletas, frente a los toros de la propia ganadería que Lorenzo Garza tenía en Durango. Tres de los matadores cortaron orejas y rabo, entre ellos Lorenzo Garza. Tres toros fueron premiados con arrastre lento, en pocas palabras, como dijo un cronista: fue una corrida de Sismo y Estatua, que puso en un puño los corazones.