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Puros espantos, reseña de Edith en la andrópolis, novela de Zita Barragán

Puros espantos, reseña de Edith en la andrópolis, novela de Zita Barragán

Puros espantos, reseña de Edith en la andrópolis, novela de Zita Barragán

EUGENIA MONTALVÁN COLÓN

Conocí a la escritora Zita Barragán en Durango en 2013. Ese año leí su primera novela publicada: Tiempo de naranjos (Instituto de Cultura de Durango, 2010), ganadora del Premio "Nellie Campobello" en el 2009. Pero también en 2013, en las vacaciones de Semana Santa, después de caminar por la de Constitución… de caminar en el Parque Guadiana, de divisar los cerros, de caminar y caminar… re-descrubrí mi ciudad natal y su cultura, y me enamoré tanto del ambiente que respiraba, de la quietud, de la luz de la ciudad y su magia que decidí rentar una casa para quedarme a vivir después de más de veinte años de vivir en Mérida. Renté una casa antigua en la calle de Hidalgo, en el centro, a dos cuadras del templo de San Agustín. Cierto es que el propietario me advirtió que una presencia del más allá la habitaba, un espíritu femenino -supe después- con el que conviví dos luminosos años…

En la ciudad de Durango la gente convive con los espíritus, las ánimas que se manifiestan en las noches en lo que fuera su casa o donde se les dio "santa" sepultura: panteones o parajes ahora integrados a la vida moderna.

Existen leyendas que forman parte de la tradición oral, y hay personas capaces de constatar su veracidad con detalles, por ejemplo, nombre y apellido del espíritu que se aparece… pero aparte de esas historias, con frecuencia escuchemos que en tal o cual casa: ¡asustan! Pasa mucho; lo tomamos como algo "normal", y por eso me parece afortunado que la escritora Zita Barragán escriba acerca de cómo convivimos con los espantos. Tiempo de naranjos y su más reciente novela, Edith en la andrópolis (Instituto de Cultura del Estado de Durango, 2018), tratan de esas presencias oscuras en comunicación constante con los vivos, ya sea porque vienen a dar un mensaje que no atinan a plasmar de manera directa o porque se niegan a dejar este mundo y deciden "interactuar" con nosotros a través de ruidos, cantos, reflejo de sombras, etcétera.

En Edith en la Andrópolis hay un juego de protagonismos demasiado evidente: la joven Edith y su contraparte: la casa de los espantos. Con ambas figuras entretejidas, Zita Barragán (Durango, 1955) propone al lector un texto literario con trasfondo crítico para evidenciar el efecto nocivo del patriarcado, entendiéndolo como el ejercicio del poder autoritario de los varones en el ámbito familiar y fuera de él.

De los hombres que desfilan en las ciento treinta y dos páginas que integran la novela, casi todos son misóginos. Edith, la protagonista, los enfrenta con una postura heroica haciendo notar su valentía y su fuerza para sobreponerse a malos tratos, insultos y abusos. Aunque también las mujeres se ensañan con ella; su madre la abandona y su mejor amiga la traiciona. ¿Qué pasa en la andrópolis? Hay infinidad de hechos crueles, y entonces es válido preguntar: ¿adónde quiere llevar a sus lectores esta autora? Al espanto, desde luego.

¿El espanto de la andrópolis? Eso me pregunto. El término "andro" significa hombre, varón, y "polis" según la RAE, "Estado autónomo constituido por una ciudad y un pequeño territorio". Vista así, la palabrea está fuera de lugar, pues restringe todo el contenido a un concepto hasta cierto punto hueco. En el libro encontramos una inteligente denuncia del machismo, es verdad, pero lo evidente no necesita proyectores especiales, ¿o sí? Veamos un ejemplo:

-Oiga, don Carlos, ¿por qué no quiere que estudie la niña Edith?

-Porque no hace falta. El día de mañana se casa y se va a atender a su marido.

En este diálogo, Amparo confronta a su jefe. Ella es una mujer humilde y bondadosa, sin embargo, es víctima de un marido alcohólico que después de años de abandono decide regresar a vivir con ella para que lo mantenga, y aunque le echa a perder los últimos años de su vida, Amparo lo tolera y aun en su lecho de muerte le pide a Edith que lo proteja.

El carácter de los personajes femeninos está construido con muchas acciones temibles también, como las que realiza Aurora, espíritu indomable, corazón de hierro, asesina y suicida.

Zita Barragán no nos dice nunca que las calles de su andropólis sean las calles de la capital del estado de Durango, pero es evidente que los sucesos principales están inspirados en esta tierra que según el corrido es una "callada y tranquila ciudad colonial". Es más, la autora relata aspectos de la burocracia cultural identificables, y nos presenta a los caza tesoros, oficio duranguense por excelencia.

Virtud de la escritura de Zita Barragán es el poder narrativo con que nos lleva hasta el último rincón de la casa de los espantos, la cual rezume podredumbre entre sus cimientos y muros, producto de la vida infame de Aurora, su propietaria. Las descripciones son tan minuciosas que nos parece estar ahí. Asimismo, este logro nos permite apreciar en su justa dimensión la fuerza literaria de un edificio viejo a la par de la entereza de Edith, anhelante de llevar una vida apacible -a sus 30 y tantos años- en compañía de Aaron, el menos peor.

A lo largo de veintiséis pequeños capítulos, la obra de Zita Barragán congrega a sus lectores en la búsqueda insaciable de una salida digna, o sea, la puerta principal de la casa para alejarnos de ahí corriendo…

La literatura nos deja claro que en Durango nunca vamos a dejar de "convivir" con los espíritus. Esa es la certeza que me dejó esta novela al leerla en la sala de una casa antigua donde me hospedé en el verano de 2019, pues finalmente mi estancia en Durango fue temporal, y ahora que regresé a pasar unos días, también me quedé en una casa habitada por espíritus…

Sé que en la segunda novela de la autora también aparece como personaje una mujer muerta, manifestación que mantiene el lector del interés en vilo, pero que yo no he leído: Ruega tres veces, publicada en 2012 y ganadora del IX Premio Nacional Valladolid a las Letras convocado en Mazatlán.

Con la añoranza de estar en Durango y vivir de cerca su realismo mágico, confieso que anhelaba leer Edith en la andrópolis, y realmente quisiera que más lectores la conozcan; es una novela muy recomendable, y además de total actualidad… aunque ya llevemos siglos luchando contra el orden patriarcal que subordina y violenta de manera constante a las mujeres.

Zita Barragán acertó al sublimar el carácter de una joven inteligente que sin nadita de miedo enfrenta un mundo de espanto y espantos, así que armémonos de valor y leámosla…

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS casa, Barragán, Zita, Edith

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