La BOA, en tiempos de la pandemia
Una vez más el presidente López nos demostró que lo suyo, lo suyo, no es gobernar (aunque nos dijo que no tenía ciencia); lo suyo es la maroma, el circo, el show, la insidia, el rumor, el bisbiseo, la confrontación, la división y la pelea callejera para distraer la atención de la opinión pública de lo realmente trascendente y urgente.
Ante la incapacidad para hacer un frente coherente, congruente, verídico y científico para controlar el brote epidemiológico (del cual no es responsable de su origen, pero sí de su manejo) y que ya supera los 100 mil contagiados y amenaza con superar las 20 mil defunciones, el ingenioso macuspano inventó, no la teoría del Big Bang, pero sí algo parecido, con la operación que denominó 'Proyecto BOA'; el Bloque Opositor Amplio, un documento que le llegó de manera anónima, a las puertas de Palacio Nacional, documento, en el cual se dice que su objetivo es debilitar al Presidente López, a su partido Morena y ganar la mayoría en la Cámara de Diputados para el 2021.
Pero además en dicho documento 'aparecen' los nombres de los principales críticos del presidente López, desde gobernadores, senadores, diputados federales, empresarios, periodistas, académicos, líderes sociales y políticos, y un amplio coctel de 'fuerzas extrañas' que pretenden debilitar a ese hombre bueno… para nada.
Obvio, el documento mueve a risa y huele más a una inmolación para despertar la conmiseración y el perdón del pueblo bueno ante el fracaso, ante el Estado fallido, ante la incapacidad del Presidente para frenar la pandemia, frenar la caída de la economía, frenar el desempleo, frenar el colapso de los hospitales, frenar la ola de inseguridad y el incremento de las actividades del crimen organizado, el incremento en el índice de homicidios dolosos y en general ante la incapacidad manifiesta de dar un solo resultado positivo.
Con ese 'fantasioso' documento, el macuspano intentó dar un tiro de tres bandas; el primero de ellos, justificar su incapacidad como gobernante; segundo, despertar la conmiseración de su fanaticada y, tercero, golpear de frente y poner en riesgo la integridad física y patrimonial de decenas de mexicanos, que desde su trinchera y de frente, son los principales críticos al régimen del Sr. López. Olvidándose que la crítica en un régimen democrático es un derecho humano, un derecho civil y político, es una garantía constitucional
El macuspano quiere unanimidad, quiere que le rindan pleitesía y ya se decantó y cantó un tiro; quien no está con la transformación de cuarta está contra él, y eso ya es grave en sí mismo, pues en una amenaza para aquellos que no vamos a entrar en su redil, ni vamos a dejar de ejercer nuestro sagrado derecho a disentir de su incapacidad, de su intolerancia, de su indolencia, de su vulgaridad, de su obsesión de destruir esta noble patria que tanto nos ha costado.
De acuerdo al INEGI, la cifra de desempleados al 31 de mayo superó el primer millón de desempleados, siendo la cifra más grande de la historia de nuestro país y se calcula que a este ritmo, con la muerte de cientos de miles de micro, pequeñas y medianas empresas, al cierre del 2020, México romperá el récord y tendrá poco más de 3 millones de desempleados y entonces luego, habremos de entender porque esta pandemia le vino como anillo al dedo, pues habrá desaparecido la clase media, habrá más pobreza y pobres que le exigirán el diezmo, la limosna, la caridad del Presidente, quien se convertirá en el dueño y dador de vida.
El presidente López ha asumido un liderazgo destructor, desdemocratizador, pues ha destruido y destruirá las fortalezas institucionales que habíamos creado desde la caída del PRI, la caída de esa dictadura perfecta que era de un partido, para pasar a la dictadura de un solo hombre de una ambición inconmensurable.
El presidente López no está actuando con madurez, con sensatez, ni como jefe de estado, sino como jefe de gavilla y esa conducta nos llevará al despeñadero. Lo ocurrido en Guadalajara no es otra cosa que un aviso a los gobernadores opositores para que se alineen o los alinea.
La crispación por efectos de la pandemia, el desempleo, la cuarentena, la falta de rumbo y la constante confrontación del propio Presidente no augura nada bueno y más le vale que ya le bajé.
Andrés Manuel López Obrador ha resultado ser el peor presidente de México, en el peor momento; un inepto frente a una crisis, un mesiánico que nos dice que ya domó al virus y la cresta sigue creciendo, soberbio y arrogante para decirnos que generará 2 millones de empleos y antes de que arranque su descomunal tarea, ya un millón de mexicanos perdió su empleo
El presidente López Obrador pasara a ser el peor presidente de la historia, inclusive superando al mismísimo Victoriano Huerta. Soberbio y dictatorial, frustrado por no lograr imponer una transformación de cuarta que ni él mismo logra entender, pues la fundamenta en el combate a la corrupción y sus funcionarios y su partido están infectados del mal que dice combatir.
López pasará a los libros de la historia como un capítulo negro en materia política (retroceso de nuestra endeble democracia), económico (empobrecimiento de millones) y social (mayor polarización y crimen).
Urge que López deje de bailar 'La Boa', deje la caja china, deje de inventar historias inverosímiles y tome el control de este desenfrenado país. De no ser así, no se sabrá quién habrá hecho más daño, si él o el Covid-19, aunque ambos sean letales.