
Secretaría de Adoctrinación Pública
Dice Juan Villoro que el pasado puede ser visto como una cárcel de la que hemos escapado de milagro, entendiendo el pasado como esa historia que nos ha sido contada a través de las anécdotas de nuestros abuelos, mismas que le contaron a nuestros padres y que, seguramente, le contaremos a nuestros hijos.
Francisco Martin Moreno ha dedicado gran parte de su vida a escribir "la otra historia", ese pasado que no forma parte del anecdotario popular pero que también existió, esa versión de los hechos que pocos conocen porque son contados los protagonistas que sobrevivieron para narrarlo. Dicen que la historia siempre ha sido subjetiva porque ha sido escrita por los ganadores, es decir, solamente hemos tenido acceso al 50 por ciento de la realidad.
En los años 50, el expresidente de la República Adolfo López Mateos creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) para encargarse de "fijar, con apego a la metodología y a los programas respectivos, las características de los libros de texto destinados a la educación primaria". Esta iniciativa tenía como fundamento el mandato constitucional de proporcionar a los mexicanos una educación obligatoria y gratuita. La gratuidad sólo sería plena cuando los alumnos de las escuelas primarias recibieran, sin costo, los libros indispensables para sus estudios y tareas. López Mateos también dijo que uno de sus principales motivos era reducir los altos niveles de analfabetismo en nuestro país.
No obstante, lo que nunca mencionó fue que también a través de estos libros de texto gratuitos, se podía "adoctrinar" a las generaciones de aquel tiempo y a las venideras para convencerlas -con o sin su consentimiento- de que las acciones realizadas por el gobierno en turno eran la mejor opción para México. Pretendía que las decisiones fueran incuestionables e incluso, despertar esa sensación de gratitud y reconocimiento por parte del pueblo mexicano.
En aquel tiempo las reacciones no esperaron: las primeras voces se concentraron en denunciar, a través de la prensa, que prescribir los libros de texto gratuitos como obligatorios y únicos era una disposición autoritaria, inconstitucional y contraria a los fines educativos y culturales del Estado mexicano. Los críticos entendían que con esto el gobierno extendía considerablemente su intervención en los asuntos educativos y sociales del país.
Ojo... la entrega de estos materiales fue un gran avance en la homogenización de la oferta educativa pública y privada, pues las y los niños de cualquier lugar del país, sin importar su estatus socioeconómico, tuvieron acceso al conocimiento basado en un programa educativo similar. Sin embargo, fue una apuesta ideológica ambiciosa por parte del gobierno lopezmateísta.
El anuncio que hizo el día de ayer Andrés Manuel López Obrador confirmando que viene un cambio sustancial en el contenido de los libros de texto gratuitos en educación básica representa también una peligrosa jugada maestra llena de ambición e ideología por parte del actual gobierno. El gobierno morenista pretende imponer, por la vía del adoctrinamiento ideológico de los niños, una visión propia y sesgada de la historia que reivindique y legitime la trascendencia de la autonombrada "cuarta transformación".
Según lo relata García Soto, las nuevas ediciones de los libros ya están listas y muestra de que lo anterior no son especulaciones, uno de los libros menciona que el actual gobierno -o sea, la 4T- se considera "la consolidación de las luchas históricas que han marcado los momentos centrales del devenir nacional, como son la Independencia, la Reforma y la Revolución, para concluir que este gobierno es el heredero directo de todos esos anhelos nacionales".
López Obrador y su séquito quieren impregnar su discurso político e ideológico en las nuevas generaciones, sin escrúpulos ni responsabilidad civil han cambiado las páginas a su conveniencia. Es muy preocupante el daño que puede hacerse a una sociedad cuando se gobierna con las vísceras, cuando el resentimiento rebasa al raciocinio, cuando el principal instrumento educativo es redactado por extraños maniatados por el odio y el servilismo.
El Presidente no tiene límites y actualmente no hay nadie que se los ponga; prefiere adoctrinar en vez de educar... su verdad es absoluta, los que lo antecedieron mienten, los que lo cuestionan también mienten, sus datos son los reales y su gobierno está a la par de los grandes movimientos sociales de nuestro país; él es el único y gran salvador de esta nación... este cuento ya no lo escucharemos únicamente en la homilía mañanera, ahora educarán a nuestros hijos bajo esa visión. ¿Le parece correcto?
@eduardguezh