
Consecuencias por exceso de Vitamina C
La vitamina C es absolutamente necesaria para nuestra supervivencia, de eso no hay la menor duda. Pero desde que se inventaron los suplementos vitamínicos, tenemos en la palma de nuestra mano mucha más de la que podamos necesitar.
En el caso de muchos micronutrientes, esto no es un problema, dado que el cuerpo los almacena y, si tiene demasiados, los elimina sin ningún tipo de problema. Pero con la vitamina C, existen riesgos derivados de la sobredosis, y estos pueden llegar a poner en serio peligro nuestra salud.
¿POR QUÉ ES LA VITAMINA C?
Esta vitamina cumple multitud de funciones en nuestro organismo: evitar el envejecimiento prematuro, facilitar la absorción de otras vitaminas y nutrientes, ser un antioxidante básico en nuestra biología, formar el colágeno, componente principal del tejido conectivo, mantener las articulaciones o reducir la incidencia de coágulos en las venas.
Dado que es de las pocas vitaminas hidrosolubles (lo que implica que no es liposoluble), no la podemos almacenar a modo de reserva, sino que debemos ingerirla en niveles suficientes todos y cada uno de los días para mantenernos sanos.
ENTONCES, ¿QUÉ TIENE DE MALO TOMAR MUCHA?
Al mismo tiempo, al menos durante la época invernal, nos bombardean con información sobre salud y no paran de decirnos que la vitamina C previene el resfriado, el catarro, la gripe... El problema que esto acarrea es que, a pesar de que nuestro cuerpo es bastante eficiente eliminando el exceso, los niveles demasiado altos en sangre pueden tener desagradables y peligrosas consecuencias.
NUESTRA TRIPA, LA PRIMERA VÍCTIMA COLATERAL
Hay que dejar claro que el consumo de fuentes naturales de vitamina C, como frutas y vegetales ricos en este nutriente, no se ha relacionado nunca con ningún tipo de síntoma. Los suplementos vitamínicos, en cambio, sí.
Múltiples estudios científicos, han establecido un límite máximo seguro situado en 2.000 mg diarios. Si superamos este límite, nos encontraremos sufriendo diarrea y náuseas, y aunque no está explicado científicamente, diversos pacientes con sobredosis de vitamina C han descrito una gran sensación de reflujo ácido.
CUANDO LO POSITIVO DEJA DE SERLO
Una de las funciones principales de la vitamina C es, como decíamos antes, promover la absorción de nutrientes por parte de nuestro organismo. Uno de los más comunes es el hierro. Existen dos tipos diferentes de hierro, el hemo y el no hemo. La vitamina C se une al no hemo, lo que facilita sobremanera su absorción.
Esto es fundamental, sobre todo para aquellas personas que basan su alimentación en productos de origen vegetal. De hecho, un estudio de la Universidad de Gotemburgo descubrió que la absorción de hierro con 100 mg de vitamina C aumenta en un 67%. Eso es muchísimo. En la mayor parte de los casos, es muy improbable que la gente sana sufra algún tipo de efecto, pero, en el caso de los pacientes de hemocromatosis u otras enfermedades que aumenten la cantidad de hierro absorbido, la combinación con vitamina C puede ser negativa.
¿Sabías que...?
Esta vitamina se elimina del cuerpo en una molécula llamada "oxalato". Cuando aumentamos el consumo a más de 1.000 mg diarios, la excreción aumenta en un 20%.