Seis décadas en la Plaza de Armas
Los boleros de la plaza de Armas tienen ya casi 60 años y a pesar de que no es un negocio muy atractivo económicamente, sí da para ir "chiviando", señalan trabajadores del lugar quienes reconoce a su compañero Rafael "El Chino" Núñez Varela, como el veterano de la boleada en Durango.
Raúl Robles Romero tiene 30 años trabajando de bolero en la Plaza de Armas, ha visto como algunos se han adelantado en el camino, como otros simplemente dejaron el oficio y cómo unos más se han acoplado y han adoptado este oficio.
También ha visto algunas transformaciones de la plaza de Armas y sus alrededores. Sin embargo, señala que solo existe un bolero de la vieja guardia, "El Chino" quien tiene 58 años trabajando de bolero en la Plaza de Armas.
Rafael Núñez Varela, todavía es de los boleros que llegó a la plaza con su banquito y su silla a ganar lugar y tenía que dormir en la misma plaza para evitar perder su espacio. De eso ya han pasado 58 años; hoy tiene una bolería doble y ya no necesita quedarse a dormir en la plaza, pero si llega desde las ocho de la mañana y se retira a las nueve de la noche, vive más tiempo en ese lugar que en su casa.
Pero no es el que más tiempo dura en su bolería de la plaza, existen otros que desde la siete de la mañana ya están ahí, esperando clientes y a las 10 de la noche apenas se están retirando.
Raúl Robles asegura que él se retira a las seis de la tarde porque a partir de esa hora ya prácticamente no hay clientes.
"Pues nos sale para ir chiviando, para lo necesario en la casa y para la educación de los hijos, no nos quejamos pero sí ha bajado mucho la clientela", comentó.
Y esa clientela que siguen teniendo los boleros es principalmente la gente mayor, los adultos grandes y los de la tercera edad, que son los que más acuden por una boleada.
Los jóvenes casi no, solo los fines de semana que se van de antro o si van a una fiesta llegan primero a bolearse o acuden por la mañana, pero la clientela mayor, los que sostienen a los boleros en la plaza de Armas son la gente mayor de 40 años.
Los boleros han sobrevivido décadas y ya son parte de la infraestructura urbana de la Plaza de Armas.
Boleros
Desde hace 58 años los boleros son parte de la Plaza de Armas, antes solo con su banquito y la silla, y tenían que dormir ahí para no perder su lugar.
Clientes
Ya no existe tantos clientes como en el pasado, casi no hay clientes jóvenes, son más adultos grandes y mayores los que sostienen a los boleros.
Uno
Sólo queda un bolero de la vieja guardia, de los primeros que se instalaron en la Plaza de Armas, y todos lo conocen como "El Chino" Núñez.