¡Dale un like a la vida!

Cada pastel es una historia, dicen que la felicidad no se compra, pero un pastel sí. todos nos merecemos un sweet-time: de chocolate, vainilla, o limón. La palabra pastel significa placenta, al hacer un pastel de cumpleaños en realidad hacemos un ritual o ceremonia para conmemorar nuestro nacimiento, dándole honor a la placenta, ese lugar sagrado que nos albergó, en donde se guardan nuestras memorias ancestrales.

El día que naciste, tu mamá te trajo al mundo y también ese día tus seres queridos, celebran que hay una persona especial en sus vidas y sin ti nada sería igual. Todos merecemos apagar las velitas y darnos cuenta de lo importante que somos en la vida de los demás, todos somos reyes de algún reino y el día de tu cumpleaños es para tomar consciencia de ello y celebrar el proceso que implica crecer y sentirnos incluidos, amados y vistos. Inconscientemente, el día de nuestro cumpleaños lo que queremos ver es si el mundo de fuera reconoce nuestro brillo personal.

Dicen los que observan las estrellas, que cuando cumples años el sol vuelve al lugar exacto del universo en el que se encontraba el día que naciste. De hecho, el Sol es cómo un rey y el día de tu cumpleaños es como si el Sol regresara a su castillo para ver cómo está su reino, es decir, el mundo que has construido con el poder que tienes para crear.

En cada cumpleaños tienes la oportunidad de evaluar si has estado creando tu mundo a imagen y semejanza de aquello con lo que más te identificas. No es simplemente cuestión de cumplir un año más de vida. En cada cumpleaños estrenas un ciclo en el que tienes la oportunidad de incrementar tu conciencia, de hacerte cargo de tu vida, de crecer.

Cumples años para renovar proyectos, potencializarte, sabiendo que ya es hora de hacer algo con tus dones y talentos que son muchos, para no demorar más en la toma de decisiones postergadas, volver a nacer en amor y sabiduría, es una oportunidad de mostrar nuestra verdadera esencia a los demás y a nosotros mismos, es un nuevo comienzo y la oportunidad de cambio, por eso en nuestro cumpleaños nunca debe faltar un rico pastelito, una profunda intención y un gran sueño.

Reúne a esas personas que te aprecian y te llenan de energía positiva, buenos pensamientos y que realmente te desean lo mejor. Celebrar un cumpleaños es realmente un asunto importante, nos recuerda no perder de vista el sentido de la alegría y de la vida que con el tiempo vamos perdiendo. Cuando eres pequeño, solamente quieres cumplir años para festejar con una gran fiesta con tus amiguitos que te llenen de regalos y canten.

En cambio, cuando crecemos a muchos nos puede parecer infantil celebrar el cumpleaños con un pastel, pero es importante que se haga, porque en realidad funciona como una antena de energía. Al poner el pastel en el centro de la mesa, lo que hacemos es una ofrenda, la misma forma redonda tiene su significado, ya que hace referencia al universo, a la vida, el elemento fuego con las velitas representa nuestro corazón, significan vínculo con lo divino y la llama la oración que dirigimos a dios o al universo, es la luz de vida. Por eso existe la costumbre de formular un deseo cuando se sopla, ya que es un mandato fuerte lo que se pide.

Soplar las velitas del pastel no es algo infantil, es algo mágico, los buenos deseos de nuestra prole, sin saberlo, te van a ayudar para que se logre lo que has pedido, son una especie de cómplices, nos dan la energía, para que lleguen nuestros sueños, oraciones y anhelos y puedan ser escuchados. Es importante repartir el pastel con nuestros seres queridos porque es una manera de dar tu energía, dar lo sagrado que vive en ti.

Ellos también se llevarán su rebanada de armonía, abundancia y placer que les donará el pastel gracias a la energía dulce y abundante, que se deposita en él. Ese cúmulo de buenas vibras, que ponemos influye mucho en los resultados que obtenemos así, nuestros deseos son escuchados hasta el cielo y eso me pone feliz. Las fiestas son una gran oportunidad para estar conectados con la energía del agradecimiento, simplemente el soplar una vela y comer pastel puede ser una celebración en sí misma.

Celebrar el cumpleaños es celebrar la vida: es decir, darle un LIKE o un sí a la vida y vivir como Dios manda. Por cierto, alguien por ahí me preguntó: ¿Cuántos años cumples? Respondí: yo no cumplo años, solo festejo el día que nací. Entonces Preguntó: ¿Qué día naciste? Respondí: hoy por la mañana. ¡Que vivan los cumpleaños!