
Una banda llamada Curve
No es secreto que la búsqueda del equilibrio es tan compleja y elusiva como la búsqueda de la felicidad. La fricción y la suma de los espíritus creativos de la cantante Toni Halladay y el músico Dean García alcanzaron el tan anhelado equilibrio vertidos bajo el nombre de la agrupación musical Curve.
Juntos lograron establecer uno de los puntos más altos (y tristemente subestimados) del rock británico de finales del Siglo XX.
Hace 28 años, en 1992 a través del programa de MTV '120 Minutos' los conocí con el video de su canción 'Fait Accompli'.
Haciendo honor a su nombre en francés, la canción decretaba como un hecho consumado la suma de fuerzas creativas que irrumpían como un escopetazo en la cara: la atinada combinación del insólito multi-instrumentista García y la irrepetible y seductora voz de Halladay, conducían a un nuevo rumbo en el saturado panorama de la música alternativa. La brújula de Curve fue, desde su inicio, la fortaleza de un sonido originalísimo y el gancho armónico de la voz.
Desde 1991 comenzaron a grabar: primero el EP 'Blindfold' donde ya anunciaban una estilo indomable, luego vino 'Frozen' que no tiene desperdicio y posteriormente 'Cherry' que confirmaba las expectativas.
1992 sería el primer gran año de Curve al lanzar dos discos, el de temas inéditos 'Doppelganger' en marzo y más tarde, en noviembre, los tres EPs mencionados con anterioridad en una recopilación titulada 'Pubic Fruit'. Curve demostraba que podía ser, simultáneamente, una banda densa, sensual, juguetona, profunda y francamente impredecible que podía navegar los mares implacables de la industria musical por méritos propios. Su estilo era inédito y eso provocaba emoción y desconfianza (factor que quizá los mantuvo lejos, para bien y para mal, del estrellato que más tarde alcanzarían Garbage y The Cranberries, por solo mencionar dos bandas afines). Los productores Steve Osborne y Flood fueron los cómplices perfectos para redondear las composiciones de García y Halladay.
En su vertiginoso ascenso creativo, 1993 marca el lanzamiento de sus dos obra maestras: en junio sus 'Radio Sessions' y en septiembre 'Cuckoo'. La primera está integrado por ocho canciones que grabaron en vivo para el célebre y más que influyente programa de John Peel para Radio 1.
El quinto corte, 'Die Like A Dog' es una de mis diez canciones favoritas de todos los tiempos. La intensidad que despliega en todos niveles a lo largo de sus casi cinco minutos pocas veces la he podido experimentar en mi vida. Es muchas cosas indescriptibles, pero me atrevo a decir que es un relato perfecto que fue construido y ejecutado de manera impecable. Contagia vida y ahí queda como una obra de arte incontestable y que no puedo dejar de admirar y agradecer.
Peel les proporcionó la motivación y el espacio que los muestra en su punto creativo más alto y seguramente quedó más que satisfecho con el estupendo resultado. Una
Vez grabadas y sublimadas sus primeras joyas, Curve estaba listo para lanzar sus nuevo largo. 'Cuckoo' arranca con 'Missing Link' que marca el tono de lo que sigue pero que se comienza a desplegar en realidad con el imbatible binomio que conforman 'Crystal' y 'Men Are From Mars, Women Are From Venus' con un bajo que no solo se inscribe como potente heredero de glorias como Peter Hook y Simon Gallup sino que les habla de tú a tú y sorprende al elevar el ya de por sí altísimo nivel musical del dueto. La tercera canción bien podría ser la banda sonora de una abrumadora invasión extraterrestre: Halladay y García se funden como unidad imparable e indestructible. 'All Of One' es un respiro tras el abrumador inicio pero inmediatamente después llega 'Unreadable Communication' que te devora con su nihilismo: los motores industriales del "progreso" te arrastran con fuerza hacia atrás, te alejan de ti mismo. 'Turkey Crossing' es un duro recordatorio de que 'Cuckoo' es todo menos un paseo por el parque y lo difícil que es concluir cualquier relación. 'Superblaster' otorga al álbum una nueva paleta de color: una exploración divertida de la sensualidad que da pie a la acústica 'Left Of Mother' que baja con gracia las revoluciones. 'Sweetest Pie' no es solo un lúdico galimatías sino una muestra más del amplio registro de Curve que refrenda su creatividad y cede el paso a la rola homónima del disco para cerrar con broche de oro, con una letra (al parecer confesional) entre la ficción y la fricción, y que recapitula la esencia de un álbum que a lo largo de diez temas dio todo.
Posteriormente Curve lanzaría más discos y sencillos y aunque canciones como 'Perish', 'Want More Need Less', 'Nice And Easy', 'Polaroid' y 'Gift' marcan altos registros en su discografía, lo grabado entre 1991 y 1993 me parece lo más destacado, memorable, envidiable y recomendable.