Venecia y su mensaje de optimismo
Hace solo dos meses el Festival de Venecia pendía de un hilo por la pandemia. Sin embargo finalmente resistió y arrancará el miércoles con la ambición de reactivar un sector, el del cine, que "no puede permitirse seguir bloqueado", según explicó el director del certamen, Alberto Barbera.
El virus no ha logrado detener al festival de cine internacional más antiguo del mundo, instituido en 1932, aunque estuvo a punto, pero lo cierto es que influirá fuertemente en su celebración.
El director, enredado en la vorágine de los preparativos finales, no esconde los desvelos que vivió en las últimas semanas al ver que su festival podría acabar suspendiéndose, siguiendo la suerte de algunos de sus más directos competidores, como el francés de Cannes.
Ahora todo está listo y Venecia aspira a lanzar un mensaje de optimismo, dejar claro que se puede seguir disfrutando del cine si se respetan las indicaciones sanitarias al pie de la letra, pues su porvenir depende de cómo se adapte a este contexto imprevisto.
El futuro del Séptimo Arte, depende también de que logre adaptarse a esta nueva normalidad. Así, la idea es defenderlo y perseverar en celebrarlo justo cuando vive uno de sus momentos más aciagos, con salas cerradas y producciones suspendidas en todo el mundo.