Crea tu propio aromatizante
Los aromas siempre nos transportan a nuestros recuerdos. Nuestro hogar puede ser reconocido por el aroma que nosotros mismos elijamos y que mejor que sea un aroma hecho por nosotros.
Los aromatizantes comerciales son dañinos para el medio ambiente como para tu salud, pueden causar problemas respiratorios como el asma. Si creamos nuestro propio aroma casero, este sería completamente natural y cero tóxico. A continuación te compartimos aromatizantes caseros fáciles de hacer para añadir un aroma único y personalizado a tu hogar.
AROMATIZANTE CASERO DE GEL
Este aromatizante es muy sencillo de hacer y sus ingredientes fácilmente estarán a la mano.
En una olla, hierve una taza de agua y vierte una cajita de gelatina sin sabor con cuatro cucharadas de sal. Después de hervir todo agrega una taza de agua fría, más 10-20 gotas de tu aceite esencial preferido. Puedes añadir una gota de color para alimentos comestibles que combine con tu decoración. Vierte la mezcla en frascos de vidrio que tengan un lindo diseño. Déjalos reposando en el refrigerador durante 24 horas. ¡Tu aromatizante casero ya está listo! Durará aproximadamente de dos a cuatro semanas.
HIERBAS AROMÁTICAS
Un método antiguo para perfumar los espacios interiores es por medio de hierbas de olor vivas. La menta, romero, lavanda y otras hierbas sueltan su aroma al ser rozadas. Además, las plantas en maceta filtran el aire constantemente, absorbiendo contaminantes y produciendo oxígeno limpio.
AROMATIZANTE PARA REFRIGERADOR
Corta una naranja a la mitad y quita la fruta, dejando las cáscaras enteras. Cubre el interior de las cáscaras con sal compactada. Colócalas en un plato y déjalas en el refrigerador hasta que empiecen a pudrirse; entonces tíralas, lava el plato y empieza de nuevo.
Por últumo no olvides el aromatizante más importante: el aire fresco. Abrir las ventanas cuando se pueda es indispensable para la buena salud, ya que los espacios cerrados suelen acumular contaminación y microorganismos patógenos que se disminuyen por medio de la competencia con otros microorganismos benéficos que vienen de afuera.