
Historia de los chiles en nogada
Existen diversas versiones sobre el origen de los chiles en nogada. La más popular dice que este platillo fue creado por las monjas agustinas del convento de Santa Mónica en Puebla, para celebra la Independencia de México. Aprovechando los productos de temporada como la granada y la nuez de Castilla, estas monjas prepararon un alimento que llevara los colores patrios: verde, blanco y rojo.
La versión más romántica está descrita por el famoso escritor Artemio de Valle-Arizpe. Él relata que en el ejército trigarante existían tres soldados cuyas novias vivían en Puebla. Emocionadas por la Independencia y por tener de vuelta a sus enamorados, decidieron crear este platillo para festejarlo. Cada una eligió un ingrediente que representara el color del ejército.
La receta de los chiles en nogada tal y como los conocemos hoy en día, no aparece en documentos escritos hasta la segunda mitad del siglo XIX. Esto hace pensar a algunos estudiosos de la cocina mexicana que los chiles en nogada surgen de diversas recetas familiares del estado de Puebla y posteriormente convergieron en una versión que comparte técnicas e ingredientes base.
La principal característica nutrimental del chile poblano es su alto contenido en vitamina C, ya que una pieza contiene más de tres veces la recomendación diaria.
Los ácidos grasos presentes en la nuez de Castilla tienen efecto cardioprotector al ayudarnos a regular los niveles de colesterol.
La granada es rica en antioxidantes que protegen nuestras células, promoviendo una mejor salud cardiovascular, previenen el cáncer y fortalecen el sistema inmunológico.
Las manzanas panocheras, las peras lecheras y los duraznos criollos también nos ofrecen diversas vitaminas, minerales y fibra que fortalecerán nuestras defensas y nos ayudarán a combatir enfermedades.