
¿Cómo miras a la soledad?
La sensación de soledad se da cuando no encontramos a alguien que entienda nuestra verdadera naturaleza, se caracteriza por sentimientos constantes y continuos de sentirse alejado o separado de los demás y la incapacidad de conectarse a un nivel más profundo.
La soledad es la carencia de compañía. Dicha carencia puede ser voluntaria o involuntaria, a veces te toca sin que haya sido tu elección, te invade una sensación de desconexión de tu ser con el planeta entero, puede estar acompañada de sentimientos profundos de inseguridad, baja autoestima o ansiedad social.
No importa que vivas acompañado o literalmente vivas en cuatro paredes solo, da lo mismo se siente igual... No deberíamos temerle a la soledad, deberíamos temerle a vivir mal acompañados, es preferible la calma de la soledad, que la decepción de una mala compañía.
Hay personas que tienen pareja, pero se sienten tan solas y vacías como si no las tuvieran. Hay otras que por no esperar deciden caminar al lado de alguien equivocado y en su egoísmo, no permiten que ese alguien se aleje aun sabiendo que no le hace feliz. Hay personas que sostienen matrimonios o noviazgos ya destruidos, por el simple hecho de pensar que estar solos es difícil e inaceptable, aceptémoslo, hay buenas relaciones que terminan y malas que duran toda la vida. Hay personas que deciden ocupar un segundo lugar tratando de llegar al primero, pero ese viaje es duro, incómodo y los llena de dolor y abandono.
Pero hay otras personas, que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Personas que no se apagan, al contrario, cada día se encienden más y más, personas que aprenden a disfrutar su soledad, porque las ayuda a acercarse a sí mismas, a crecer y fortalecer su interior.
Estar solo no es lo mismo que soledad... Me considero una persona independiente y a la cual le encanta estar sola. Puedo viajar, ir al cine, comer o ir a un museo sin compañía y disfruto mucho esos momentos en que decido pasarla sola por convicción. Estos espacios son buenos para conectarte contigo misma, para reflexionar y tomarte un respiro de la vida, para enfocarte en lo que quieres, conocer quién eres, en realizar tus sueños, divertirte y nutrir tu alma. La soledad también tiene una pepita de oro, es una gran oportunidad de abrir el corazón, escucharnos y ser honestos con nosotros mismos.
Quizá puedes llorar unos cuantos días, pero, en lugar de resentir la situación, elige no conectarte con el miedo, agárrale el sabor a la vida como sea que te toque. La soledad te da la oportunidad de enamorarte de ti, de ser feliz sin excusas ni pretextos, porque tú te haces responsable de ti, esta es una gran oportunidad para hacer crecer tu amor propio, enfocar tu energía en expandir tu luz y poder compartirla con el mundo, disfruta del bendito silencio y tu espacio vacío, si lo haces con conciencia esto te llena de relajación, entonces se convierte en algo sanador y energético, haz que tu silencio sea un Spa para tu alma y no un espacio de caos.
Ahora existen nuevas formas de pasar la vida, en pareja o no, las nuevas soledades se viven distintas hoy en día. La soledad elegida puede ser un medio de salir de la superficialidad de una sociedad dominada por creencias obsoletas que ya no aplican, muchos actualmente esperan que la vida en pareja ponga remedio a su malestar interno y llene su vacío interior. Nos quejamos de la soledad, pero invisibilizamos que muchas veces, no estamos ni queremos estar disponibles para los demás. La soledad te hace sentarte contigo mismo y aquietar tus demonios, sanar tus heridas y solo así, no arrastras a nadie a tu tormenta. Cuando te encuentras a ti mismo y miras hacia adentro, despiertas y este juego lo gana quien abre los ojos. El que puede estar solo apreciará más lo opuesto, que es vivir en compañía para crecer juntos y compartir la vida.