
Conceptos de Individuación
Una necesidad abrumadora e intensa que hubo en la antigüedad y en la alta edad media fueron los conceptos que habrían de sostener la mejor definición o descripción con respecto a nuestra consistencia; la dificultad para hacer preguntas correctas ( del recto-pensar) y la obligación por la respuesta más atinada eran nodales para iniciar cualquier método en los discursos de conocimiento que se gestaban.
Inquirir en qué somos hizo posible la discusión y el desarrollo conceptual de tal condición. Materia, forma, sustancia, esencialidad, singularidad, pluralidad eran términos que en jerarquías de consciencia se fueron integrando a la argumentación por la comprensión de nuestra naturaleza.
La insistencia por aquello que anima la materia, o bien , por eso que sustenta nuestra particularidad al momento de compararnos; las dicotomías o divisiones, los principios por la distinción que urgía y que en el futuro sirvió de patrones dogmáticos para la construcción de religiones que fungieron de columnas existenciales ante la evidencia que nos realiza.
Para muchos filósofos de la época y actuales el diálogo principal residía en ver si en la "forma" recae en el ser o si en la materia se halla de suyo lo que nos diseña o hace como individuos. La idea de persona vendría siglos después con la intervención de Agustín de Hipona donde asegura el supuesto de algo etéreo (atman-alma) y un cuerpo que se adapta a la causalidad destinal de dicho ánimo ( anima-ae = vida).
Hoy día la razón no termina de inquietar lo que hay de cierto y verdad en nosotros hasta el punto de teorizar más al respecto; temas afortunadamente insaciables y enigmáticos que en vez de amargar nuestro haber incita a vislumbrar al Sujeto, a ese elemento expuesto a la sujeción del todo especulativo y no a la determinación de ningún criterio en poder.


