El ferrocarril en La Laguna de Durango
La minería continúo su expansión y en 1896, en una época de denuncios de minas y explotación de nuevas minas; el mineral de Ojuela lograba el mayor detonante para su crecimiento: la posibilidad de movimiento de su materia prima para moverla a los lugares del beneficio mediante el uso del ferrocarril.
En 1897 se establece el Banco de Londres y México en la Villa de Lerdo y con toda la ventaja que llevaba la Villa del Torreón, contra la Villa de Lerdo, ésta daba lucha gracias a su estación de ferrocarril, que poco a poco con la industria que se establecía, los pocos comercios y espacios que se iban construyendo en el área de la estación, iban dando un entorno formal para la nueva población que se formaría. Pausadamente al avance de los años la situación fiscal cambiaría en el lado de Durango; ambas Villas, la de Lerdo y Torreón, iban definiendo su entorno a través de las estaciones del ferrocarril. La Villa de Lerdo y los poblados cercanos al rio Nazas del estado de Durango, disfrutaban primeramente de sus aguas por su ubicación a diferencia de los agricultores del lado de Coahuila, sin importar el volumen que trajera el río Nazas. Para la villa del Torreón, su potencial se apuntalaba en el comercio y la industria que generaban por ser un eje de vías que conectaba a más partes de Estados Unidos con la ciudad de México. Pero con todo y su cercanía, el mismo río Nazas, que alimentaba a ambos estados, dividía en todos los sentidos a ambas poblaciones; el único puente existente era el del Ferrocarril Central y el poco tráfico se daba en los horarios y momentos que los trenes circulaban en ambos sentidos.
La Villa de Lerdo estaba a cinco kilómetros de distancia de su estación y ante el desarrollo que generaban estos puntos, el área urbana cada día se alejaba más del crecimiento y la gente continuaba migrando al lado de Torreón o al espacio alrededor de la estación Lerdo, que ya la gente comenzaba a llamar, estación Santa Rosa o Gómez Palacio.
A la llegada del Ferrocarril Central en 1883 a la Villa de Lerdo, la compañía ferrocarrilera ubicó su estación a cinco kilómetros del área urbana; este hecho creó la necesidad de unir a la población con su estación mediante un sistema de tranvías de mulas que se construyó hasta 1891, para facilitar a los viajeros su traslado, así como carga y mercancías entre ambos puntos.
A la par del crecimiento de ambas villas y las condiciones desfavorables para Lerdo y al rápido desarrollo del lado de Coahuila, inversionistas de Lerdo se plantearon la necesidad de dirigir las vías del tranvía hacia la Villa del Torreón desde la estación de Lerdo, igualmente llamada Santa Rosa o Gómez Palacio; en esta población, como aliciente a los inversionistas, ofrecía una exención en los impuestos por varios años a6 las empresas que invirtieran: Lla compañía formada para el tranvía con fines de unir ambas poblaciones y no quedarse rezagada hizo una petición similar pidiendo esa exención de impuestos, pero esta fue rechazada. La compañía tranviaria de Lerdo a Torreón argumentó lo alto de su inversión y la inseguridad que sentían de que no se recuperara la inversión. Como respuesta a la petición por parte de la Villa del Torreón mencionaron a grandes rasgos que esta villa no requería un tranvía ya que el desarrollo se daba alrededor de las estaciones. Dejando a la compañía lerdense sin otra opción que la de arriesgar la inversión y es en 1899, cuando llega a los límites de la Villa de Torreón, con las vías sobre un puente comprado en Estados Unidos para atravesar el río Nazas.
En 1901 se completó el tendido de vías y este fue de un ancho mayor al usado por el servicio de tracción animal, era un ancho estándar usado por los ferrocarriles y el servicio instalado fue totalmente eléctrico. En ese momento las poblaciones de Lerdo, la naciente Gómez Palacio y Torreón pudieron, gracias al tranvía, tener una movilidad entre favoreciendo al tráfico laboral, mercantil y comercial que el río Nazas no permitía.
Al tiempo, como lo había mencionado en su respuesta la Villa del Torreón a la compañía del tranvía a la solicitud de exención de impuestos fallida y que argumentaba que el desarrollo se daba en las estaciones, fue esta misma premisa la que fortaleció al espacio cedido por Santiago Lavín alrededor de la estación Lerdo, para dar las bases de la nueva población que sería nombrada ciudad en 1905 como Ciudad Gómez Palacio y esto gracias a la estación Lerdo.