
El primer cronista de la ciudad de Durango
El licenciado José Ignacio Gallegos Caballero nació el 2 de noviembre de 1907 en el municipio de Nazas, y falleció el 13 de septiembre de 2001 en Durango capital. Es uno de los investigadores de historia durangueña más filosos que hemos tenido, pionero en viajar a otros estados de la República y luego al extranjero para recopilar información sobre Durango; por otro lado, nos dejó crónicas deliciosas e ilustrativas sobre la vida cotidiana de su tiempo. Es decir, no solo se dedicó a hurgar en el pasado, sino que también dejó testimonio de su presente.
El Ayuntamiento de Durango nombró a Gallegos Caballero como primer cronista de la ciudad de Durango, el 2 de octubre de 1956. Como una muestra de su trabajo, enseguida transcribiré algunos de sus escritos que están sepultados en el olvido. Empiezo con su visita al Vaticano en 1969, cuando se entrevistó personalmente con el Papa Paulo VI: "Santo Padre, vengo desde México para poner en sus manos este libro de la historia de la iglesia en Durango [autoría de él mismo]. Pido a su Santidad su bendición especial para las autoridades eclesiásticas y civiles de mi estado, para mi familia, mis amigos y para todo mi pueblo. Su Santidad impartió su bendición, y me entregó directamente una medalla con la efigie del propio Papa por una cara, y por la otra el simbolismo de Cristo".
Párrafo de una demanda de amparo que tramitó en 1944, como apoderado de Elpidio G. Velázquez: "La Policía Urbana de ésta capital mandada por el Jefe de las Comisiones de Seguridad y por el C. Inspector General de Policía están causando molestias y perjuicios en las posesiones y derechos sobre bienes inmuebles de mi poderdante por ejercer represalias en su contra como ex gobernador constitucional del Estado; pues se ha ordenado una estricta vigilancia de su casa habitación y sus anexos cita en el cruzamiento de las calles Negrete y Libertad de esta población conocida por Casa de Lago".
Fragmento de su carta publicada por El Siglo de Torreón, en 1946: "En las ciudades viejas se encuentra la tradición de las mismas reflejada en los nombres de sus calles, pero no han faltado oportunistas ignorantes que tratan de acabar con la tradición de las ciudades, borren esos nombres, sustituyéndolos por el de personas ajenas a esa ciudad, cuando la historia local en mi concepto, debe preferirse a la historia nacional".
Los restos del primer cronista descansan en la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres de Durango, del Panteón de Oriente de nuestra ciudad.