
Eleazar ... fue bonito coincidir contigo
Hace tiempo que no puedo verte con mis ojos, pero en mi mente y en mi corazón estas presente y aunque pasaran 1000 años al verte te diré: ¿sabes dónde estuviste siempre? siempre estuviste en mi corazón y algunas noches en mis sueños, a veces sueño que estamos bailando y me besabas en medio de mi canción favorita, uno siempre siente algo en el pechito, se ponen los ojitos aguados y se hace un nudito en la garganta, cuando sabe que hay cosas que no se van a volver a repetir nunca más.
Ahora entiendo que no se van del alma quienes hicieron magia en nuestras vidas, algunas personas jamás nos dejan, nunca se van por completo, aunque ya no estén, su esencia se queda, su voz se escucha, los sentimos sonreír, algunas personas jamás se van, son eternas, por eso agradezco infinitamente por haber coincidido con un ser tan maravilloso como tú.
La vida se crea de pequeños momentos y de millones de suspiros, gracias por haberme regalado un puño de ellos, fui feliz en aquellos días, de aquel año de tu amor, en aquella bella vida junto a ti, vivimos el tiempo suficiente para reunir todas las palabras que dos amantes han pronunciado sobre la tierra. Donde hay un profundo dolor hay un gran amor, que cosa tan extraña, comprender los duelos ¿no? las pérdidas marcan el alma y la hacen más frágil y cálida, el duelo es el último acto de amor que damos a las personas que amamos.
Me perteneciste por un tiempo, en realidad, "siempre" no es mejor que "un tiempo", los "para siempre" son las perores y más terribles creencias que podemos tener, pues en el concepto viene implícita la decepción cuando descubrimos, el fin... No podemos vivir la vida sin desechar la sombra o descuidando la noche, la vida no siempre sale como la planeaste, las pérdidas no son una materia optativa, la vida no es un evento inmutable, ni un camino muy claro, es más parecido al océano ondulante, cada una de sus olas es distinta, la vida a veces te pide soltar como el agua que no la puedes retener entre tus manos.
Cuando te fuiste me quedé conmigo llorando, sin duda no fue fácil decirte adiós, esto es algo que es de lo más difícil, pero es el precio que he pagado por haberte amado, fue bonito coincidir, me amaste con todo y mis cicatrices, ahí supe que quería todo contigo, gracias desde el fondo de mi corazón por haber elegido pasar tu última etapa junto a mí, quizá ese pacto ya lo habíamos hecho desde antes de venir a este plano, ahora lo comprendo...
Las despedidas tienen la capacidad de mostrarnos todo lo que hemos ignorado por mucho tiempo, el duelo me enseñó otra forma de amarte, el fin de tu vida, fue el comienzo de tu existencia en mi memoria, el más bonito de nuestros recuerdos me une a ti por siempre, la muerte jamás acaba con el amor, es la energía más grande y poderosa que trasciende de lo terrestre a lo celeste.
Todos tenemos una fecha en que se nos partió la vida, todos hemos tenido nuestro intenso y privado apocalipsis, el numero 11 tuvo un significado especial para nosotros y justo un día 11 de hace un año, tu corazón dejo de latir y regresaste a casa, a tu hogar, elegiste el 11 para un nuevo comienzo, para un despertar en un plano de más amor y conciencia al lado de Dios, para trascender y continuar con tu labor.
Todavía hay noches que miro al cielo para ver si te encuentro, donde quieras que estes te extraño e imagino que es tan bonito ese lugar, que ya no vienes y me abrazas, pero un día tendré que ir hasta allá, algún día, como una vela me iré diluyendo y me quedaré sin aliento y me apagaré y entonces, nos volveremos a ver y te voy a abrazar y a besar toda una eternidad... mientras tanto en esta primavera llenaré la casa con las flores que siempre me regalabas y escribiré poesía recordando tus seductoras palabras de amor que me decías al oído, hacerme feliz te salía perfecto, fuiste el indicado para tan especial participación en mi vida, hay muchas formas de amar y tú me enseñaste una que yo no conocía, me hiciste feliz a tu estilo. Te doy mi amor para que lo lleves contigo, no como un recuerdo, sino como un regalo, te dejaré entrar en mis sueños y al despertarme retornaré a mí y tendré paciencia con esta tristeza, en silencio y a solas, reconstruyéndome, adaptándome, arreglando este corazón y siendo amable conmigo.
Gracias y hasta siempre precioso espíritu, tu memoria siempre brillará en quienes tuvimos el honor de conocerte...