
Marcela ¡Bravo!
Joven, duranguense y emprendedora exitosa, Marcela Bravo logró lo que muy pocos jóvenes a su edad han conseguido en un panorama tan adverso como el que la pandemia nos ha dejado: Sobresalir en el mundo de los negocios aprovechando lo que se tiene a la mano, y sortear con habilidad las adversidades que el confinamiento le presentaron.
Más que un golpe de suerte, Marcela tuvo una visión empresarial que conquistó a los paladares más exigentes con un producto de ingredientes sencillos pero de un sabor extraordinario: "La Chamaica", un singular "chamoy" hecho de flor de jamaica que puede ser consumido sin culpa dado que no contiene azucares, ni ingredientes artificiales. Sin duda, de algo ordinario -esta joven ingeniera en alimentos-creó un producto extraordinario que ya se surte en los anaqueles de decenas de tiendas por todo el país.

Sin embargo, no quiero en este espacio hablar de las bondades del producto, pues bastaría que escriban el nombre de Marcela en cualquier buscador de internet para conocer los pormenores del mismo, más bien quiero referirme a su persona y destacar algunas de las cualidades que la han hecho triunfar y que sin duda, le permitirán seguir adelante consolidando este sueño empresarial.
Primeramente su condición de mujer joven.
Es un hecho que el proyecto que ha emprendido, no habría tenido el éxito que tiene si no hubieran estado presentes el carisma, la sensibilidad y la energía que esta chica comparte en lo que hace. Lo anterior, nos sirve incluso de ejemplo motivacional para que otros jóvenes -hombres y mujeres- en cualquier parte del país repliquen su esfuerzo; y ante la adversidad, confíen en que su talento, capacidad y buen humor, pueden ser pilares fundamentales en la concreción de cualquier meta.
A esta cualidad hay que agregarle el extraordinario olfato empresarial que Marcela tuvo. Si bien es cierto inició de manera casera con su emprendimiento, siempre pensó en grande y apuntó sus miras a las ligas mayores. Tan pronto como el negocio tuvo forma, se presentó con éxito a una de las plataformas televisivas que apoyan emprendimientos con mayor audiencia: Shark Tank México.
El resultado no podía ser diferente, la totalidad de los panelistas quedaron encantados con la calidad del producto, la visión de la joven y la simpatía que irradiaba. "No le puedes decir que no a alguien con esa sonrisa" -mencionaría alguno de ellos-. El elogiado producto y su modelo de negocio fueron aceptados para su financiamiento y estoy seguro muy pronto estaremos saboreándolo en muchísimos más lugares.

Finalmente, es de resaltar un hecho que ella misma reconoció en el popular programa como ingrediente para el éxito: el apoyo e impulso de sus padres quienes también habían iniciado sus propios negocios y nunca dejaron de alentarla.
Marcela sin proponérselo dejaría de manifiesto en cadena nacional, que las familias duranguenses tienen como regla apoyarse sin cortapisas, y que nada es más importante por encima de cualquier cosa, que el contribuir para que los hijos alcancen sus sueños y de paso, poner un grano de arena para que el estado siga en la ruta del crecimiento.
Marcela Bravo ha demostrado su grandeza y sin embargo, sigue siendo sencilla, llevando orgullosa la bandera de una generación que está ansiosa por disfrutar el éxito.