
Militares, orgullosos de ser un ejemplo
Es constante, detrás de un elemento del Ejército Mexicano o de la Guardia Nacional que participa en el desfile del 16 de Septiembre hay un niño que veía desde las gradas a los militares exhibir el uniforme, el camuflaje, las armas, el equipo y los vehículos, mientras recorren las principales calles de la ciudad.
Este viernes, luego de dos años de emergencia sanitaria en la que se suspendió la celebración de los festejos patrios, elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, junto a autoridades y sociedad civil volvieron a recorrer la avenida 20 de Noviembre para deleite de niños y adultos.
UN SUEÑO CUMPLIDO
El Siglo de Durango platicó con algunos de los elementos que este viernes participaron en la exhibición y todos coinciden en que es una experiencia gratificante el participar en el desfile por la energía que generan los espectadores, particularmente los más pequeños.
El soldado Sanidad, José Armando Vargas Hernández, relata que es la segunda vez que es llamado a participar en un desfile militar, la primera fue en la Ciudad de México y explica que "es una emoción bastante grande porque va uno representando lo que hace". El joven Soldado añade que cuando era niño, en su natal Oaxaca, se prometió que un día sería como los soldados que veía pasar y hoy, con una sonrisa grande, reconoce que él es la prueba de que los sueños se cumplen.
APOYO INCONDICIONAL
Una experiencia similar están viviendo los soldados del Servicio Militar Nacional que este viernes desfilaron frente a cientos de ciudadanos. Rogelio Ayala Romero, está a punto de cumplir tres meses encuadrado y este 16 de septiembre cumplió su sueño de desfilar con el uniforme pixelado. "Yo no pensé que fuera a participar y cuando nos dijeron pensé que había que echarle ganas", dice nervioso. Horas antes del desfile el joven Soldado contaba emocionado que esperaba recibir tanto apoyo como el que brindaba cuando veía a los militares desfilar por las calles de Durango siendo apenas un pequeño de 10 años.
TREGUA AL SOL
La capitán Segundo Enfermera, María de Jesús Aguilar Rodríguez, pidió al cielo un poco de clemencia y que el sol diera tregua durante el desfile. No obstante, explicó que recibir el reconocimiento de los ciudadanos es siempre un orgullo. "El hecho de escuchar a los niños, a las familias nos llena de orgullo y si estamos cansados es de lo último que uno se acuerda, trata uno de hacer las cosas lo mejor que se pueda".
HIJOS ORGULLOSOS
Para Blanca Guadalupe Valdivia Montejano, miembro del 7/o Batallón de Guardia Nacional, el desfile tuvo un significado especial porque tres pares de ojos orgullosos la siguieron en el recorrido. Se trata de sus hijos de 15, 10 y siete años a quienes les entusiasma de manera particular que ella participe en la exhibición. "Es un orgullo que mis hijos me vean correr, me vean marchar" además de que es importante que la gente conozca a quienes día a día trabajan para mantener la seguridad en las calles.
Su compañero, Deryan Alberto Leal Mendoza, también perteneciente al 7/o Batallón de Guardia Nacional, coincide en que es importante que la gente conozca a quienes trabajan en labores de seguridad y que los convierta en un ejemplo a seguir. Para él es la segunda vez que participa en un desfile militar pero es algo que desde estudiante disfrutaba y por eso se ofreció voluntariamente para representar a la Guardia Nacional.
LEVANTAR LA MORAL
El soldado de Infantería, Emanuel Eduardo Citalán Romero, es integrante de la Banda de Guerra y durante el recorrido tuvo una labor especial que consiste en levantar la moral de los compañeros "nosotros marcamos el paso de la cadencia que debe llevar todo el personal". Él, igual que los más de 600 elementos que integraron los diferentes contingentes militares, después de días de ensayar esperaba una nutrida participación de ciudadanos para presenciar el desfile.
CON TODO Y EQUIPO
Durante el desfile, los elementos portan equipo, armas y uniformes distintivos de los servicios que prestan. Fue el caso del soldado de Trasmisiones, Víctor Manuel Galarza Luna, quien marchó con un peso extra por los 12.5 kilos que pesa su aparato de radio, indispensable para su labor dentro del Ejército Mexicano.
Su incorporación a la Secretaría de la Defensa Nacional tuvo un objetivo noble, que además comparte con miles de compañeros más a lo largo y ancho del país "sacar adelante a la familia". Por eso, el hecho de que este viernes ellos sean parte de los espectadores le ha generado un gran orgullo.
"Están orgullosos porque es mi primera vez desfilando y es la primera vez que me van a ver a mí de verde", esto luego de casi tres años de servicio en el Ejército Militar.