
Nombre de Dios, historia y nostalgia
El municipio de Nombre de Dios es uno de los más antiguos de Durango y el segundo que tiene el nombramiento de Pueblo Mágico. Sus calles y edificaciones se encuentran plasmadas de historia y leyendas que versan también sobre la conquista y evangelización del norte del país. A este sitio también, de inmediato se le asocia con las bellezas naturales, la historia y la gastronomía, sin dejar de lado sus vinatas.
La cabecera municipal que lleva su nombre cuenta con cinco templos coloniales, custodiados cada uno por una persona que se desempeña como sacristán: el convento de San Francisco, la capilla de Jesús Nazareno, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la ermita de la Purísima Concepción y la parroquia de San Pedro Apóstol, ubicada frente a la Plaza de Armas, son un magnífico ejemplo de belleza y refinamiento.
Se dice que en 1555, fray Jerónimo de Mendoza llegó hasta un lugar que llamó el Ojo de Agua de los Berros, cercano a Nombre de Dios, en donde celebró la primera misa. El fraile asentó en la región a indios zacatecos, siendo el origen de la misión de Nombre de Dios. Posteriormente, este primer sitio se cambió hacia un poblado nuevo llamado San Francisco del Malpaís, junto al cual se estableció la villa española de Nombre de Dios, la cual fue oficialmente fundada en 1562.
Cuando se visita Nombre de Dios, aparte de recorrer sus templos, es casi obligatorio caminar por sus calles y conocer su historia a través de su museo comunitario "Contalpa". Por supuesto, no se debe descartar la visita a sus vinatas, donde el visitante podrá ser testigo de la elaboración del mezcal. Tampoco podrá dejar de probar las suculentas gorditas rellenas de diferentes guisos y sus licores, elaborados con diferentes frutas de la región.
Varios pueblos pintorescos ubicados cerca de Nombre de Dios, como Los Berros y La Constancia con parajes llenos de flora, son ideales para un día de campo; así como El Saltito, un sitio en donde se pueden observar tres imponentes cascadas de agua que caen desde una altura aproximada de 30 metros y que en temporada de lluvias lucen en todo su esplendor.
Por cierto, gracias a su imponente belleza, El Saltito ha sido escenario de películas nacionales y extranjeras como Los cañones de San Sebastián, El tunco Maclovio y La máscara del Zorro, entre otras.
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