
Pedicure casero perfecto
Si quieres que tus pies estén siempre perfectos tienes que mimarlos a diario como una parte más del cuerpo. Es fundamental la exfoliación y, sobre todo, la hidratación. Y al menos una vez a la semana hacerte una pedicura en el salón de belleza o en tu casa.
Pon los pies a remojo durante 10 minutos. Para que el baño te resulte más relajante puedes añadir al agua sal gorda o pastillas efervescentes. El baño reblandecerá tanto las durezas como las uñas.
Exfoliar y limar el pie. El exfoliante te ayudará a eliminar las células muertas de la piel y a suavizarla. Además, si tienes durezas y asperezas en los talones, tendrás que utilizar una piedra pómez o una lima, manual o eléctrica.
Cortar y limar las uñas. Con los pies bien secos, corta las uñas, dejándolas ni muy cortas, ni largas. Y con la lima dales forma, quitando los bordes o las esquinas irregulares. Lo ideal es una forma cuadrada.
Hidratación a diario. Utiliza a diario una crema hidratante específica para pies. Puedes aplicarla después del baño o antes de irte a dormir para que a la mañana siguiente te levantes con los pies súper hidratados.
Echa las cutículas hacia atrás. Las cutículas protegen la raíz de la uña, según nos explican los expertos de Mavala y por eso nunca deben cortarse, pero sí echarse hacia atrás. Para hacerlo usa un aceite o crema para cutículas para ablandarlas y ayúdate de un palito de naranja.
Esmaltado perfecto. Empieza aplicando una base para proteger la uña y a continuación ya puedes pintarlas con el color elegido. Acaba con una capa de top coat, para conseguir más brillo y una mayor duración.