¿Qué es el síndrome de nido vacío?

Después de toda una vida cuidando de los hijos, pendientes de cada uno de los aspectos de su desarrollo, desde la alimentación a la educación, sus éxitos y fracasos, llega el momento que los hijos se marchan del hogar. Los sentimientos de alegría y, hasta de cierto alivio, porque finalmente los hijos inician su propia vida, se entremezclan también con los de pena y nostalgia, algo totalmente lógico y humano. Pues bien, esta etapa en la que se juntan sentimientos contradictorios es lo que se conoce actualmente como síndrome del nido vacío, que puede tratarse de un periodo transitorio, absolutamente natural, o puede complicarse prolongándose en el tiempo.

Se habla de síndrome de nido vacío cuando esa situación se manifiesta con sentimientos dolorosos, profunda pérdida y sensación de vacío, que llevan incluso a no encontrar el propio sentido de la vida sin los hijos y que pueden desencadenar, en los padres, incluso enfermedades, como depresión, tal y como señalan expertos de la estadounidense Clínica Mayo.

Algunos síntomas que indican que el síndrome del nido vacío se ha instalado no como una etapa natural y transitoria, sino como una situación preocupante, que incluso puede requerir ayuda profesional por parte de psicólogos expertos son los siguientes:

Profunda tristeza y sensación de vacío. Cuando estos sentimientos no se limitan a un momento de nostalgia, sino que marcan el día a día. En especial, una madre con síndrome del nido vacío traduce su vida con actitudes de total desánimo, abandono y desgana ante la vida misma, puede derivar en situaciones preocupantes. También debes tener en cuenta que el síndrome del nido vacío en los hombres también es evidente, por ello, afecta de la misma forma a ambos.

Irritabilidad. Las discusiones con la pareja o familiares cercanos y los bruscos cambios de humor pueden ser otro importante indicativo. Los sentimientos de rabia porque el hijo se ha marchado o los pensamientos de que han sido unos "desagradecidos", son también síntomas que conviene reconocer y tratar.

Abuso de sustancias nocivas como el alcohol, sustancias estimulantes o somníferos.

Anclaje en el pasado. Según señalan los expertos, la marcha de un hijo puede compararse en algunos casos a un proceso de duelo con sus correspondientes etapas. No superar esas etapas, retrocediendo constantemente al pasado e idealizándolo al recordar cuando los niños eran pequeños (por ejemplo, viendo una y otra vez fotografías o vídeos de acontecimientos familiares) es también un síntoma fácilmente reconocible de que se está experimentando el síndrome del nido vacío.

Llanto frecuente, ansiedad y miedo injustificado al pensar que a los hijos puede ocurrirles algo malo.

CÓMO SUPERARLO

-Asumir con actitud positiva el hecho de que los hijos vuelen.

-Mantener el contacto. Puede ayudar a superarlo quedar para comer de vez en cuando, visitar el nuevo hogar del hijo y mantener la mano tendida. -Disfrutar del tiempo recuperado. ¿Cuántas cosas que querías hacer has pospuesto por cuidar de los hijos? Viajar, salir con amigos, volver al cine o al teatro o apuntarte a clases de yoga o baile.

-Reencuentro con la pareja. ¿Por qué no volver a disfrutar juntos de la vida?

-Ayuda profesional. Si realmente te cuesta superar esta etapa, no dudes en solicitar la ayuda psicológica que necesitas.