Rafa Jaime, triatleta ciego de corazón duranguense, escalará el Everest
Si hay alguien que desafió a la misma muerte y le perdió el respeto a la vida, es Rafa Jaime, montañista y triatleta invidente originario de Guanajuato pero con raíces duranguenses, que ahora busca hacer historia al convertirse en el primer mexicano ciego en alcanzar la cima del monte Everest.
Con 34 años de edad, Rafa ha iniciado un proyecto junto a su compañero Omar Álvarez de 42 años, titulado ‘Cordada Oscuras’, con la intención de escalar las cumbres más altas de cada continente.
El Jaya en Oceanía; el macizo Vinson en la Antártida; el monte Elbrús en Europa; el Kilimanjaro ubicado en África; el Denali en Norteamérica; la Aconcagua en Sudamérica y, para cerrar la lista, el mismo Everest en Asia.
Contra todo pronóstico ya logró establecer récords en varias de ellas como el primer ciego en lograrlo. De ahí la nueva meta ambiciosa, pues hoy más que nunca está convencido en poderlo alcanzar.
SU HISTORIA
Rafa Jaime perdió la vista en uno de sus ojos a los 4 años de edad, luego de luchar contra un agresivo cáncer.
Cuando creyó que la pesadilla había terminado, el cáncer regresó al cumplir 18 años y se vio obligado a elegir entre perder la vida o la vista.
Aunque fue un proceso difícil, se prometió adaptarse al mundo y seguir adelante. Fue así que el deporte se convirtió en su mejor terapia.
Comenzó corriendo por hobbie, luego se inscribió a carreras locales, maratones estatales y terminó en actividades élites nacionales hasta convertirse en el primer y único triatleta ciego mexicano en completar un Ironman en Latinoamérica en 2014.
Esa motivación lo llevó a buscar un Ultraman: 515 kilómetros de competencia en menos de 36 horas, de los cuales 10 kilómetros fueron nadando en aguas abiertas, 421 en bicicleta y 84 corriendo. Y lo logró, dejando una huella imborrable en la historia atlética.
Con esos ánimos de llegar cada vez más lejos, es como Rafa Jaime ha seguido su trayecto, ahora con una motivación más: saber que cada vez que está en lo más alto del mundo, puede estar más cerca de su madre, Silvia Jaramillo, quien perdió la vida hace poco más de un año.
La intención del también conferencista es clara: no busca ser un ejemplo de superación, quiere simplemente ser una persona que otros miren y digan "si él pudo, yo también."