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Salvar Latinoamérica para salvar el mundo

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Salvar Latinoamérica para salvar el mundo

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ROMEN GARCÍA ARTEAGA

Del 18 al 22 de julio, se está celebrando en Santo Domingo la Semana del Clima de Latinoamérica y el Caribe. El año pasado, con motivo de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), 120 líderes mundiales y más de 40 mil representantes se dieron cita en Glasgow para reflexionar y acordar las medidas más urgentes para la transición ecológica que la emergencia climática requiere.

Una de las iniciativas derivadas de esta Cumbre fue la celebración durante el presente año de diferentes Semanas del Clima regionales por todo el globo, como una plataforma para que los gobiernos y las partes interesadas refuercen una respuesta creíble y duradera al cambio climático.

La amenaza a nuestro planeta es real, sus efectos llevan años dejándose sentir por todo el mundo, el calentamiento global está causando la expulsión de millones de personas de los lugares que habitan. Y, sin embargo, la opinión pública sigue permaneciendo pasiva, cuando no inmune, ante esta emergencia. Es necesaria la concienciación de todas y todos para poder revertir los efectos de una crisis climática que acabará con el planeta tal y como lo conocemos y con la Humanidad en sí misma de no ponerle freno a tiempo.

Esta es una semana clave para que desde Latinoamérica y el Caribe se tomen decisiones contundentes para enfrentar esta problemática desde una de las regiones más importantes del planeta. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, alrededor del 60 por ciento de la vida terrestre mundial y diversas especies marinas y de agua dulce se pueden encontrar en Latinoamérica y el Caribe. Solo la región amazónica alberga el 10 por ciento de toda la biodiversidad del planeta. Por eso, proteger la biodiversidad latinoamericana es clave para cumplir los objetivos planteados a nivel mundial.

Los incendios cada vez más frecuentes en el pulmón del planeta, las grandes inundaciones que hemos visto últimamente en Brasil o la sequía gravísima que atraviesa Chile son solo algunos de los ejemplos más flagrantes que permiten vislumbrar la necesidad de actuar ya. En 2020, cuatro millones y medio de personas en América tuvieron que desplazarse por los efectos del cambio climático en sus poblaciones. Para 2050, el Banco Mundial estima que podría ascender hasta 17 el número de millones de migrantes climáticos.

Se acaba el tiempo. La responsabilidad de los gobiernos en esta cuestión es total y en manos de la ciudadanía está exigir a los líderes mundiales actuaciones orientadas a proteger la biodiversidad y a defender la vida. Nuestros gobiernos deben afrontar este problema asumiendo la urgencia del mismo. El capitalismo voraz que ha agotado los recursos finitos del planeta para buscar un crecimiento infinito es culpable de esta situación. Las soluciones las tendremos que exigir nosotros, eligiendo gobernantes primero conscientes y luego capaces de tomar las decisiones adecuadas para solventar la crisis climática.

A Latinoamérica se le acaba el tiempo. Al planeta se le acaba la vida. Tenemos que parar.

Escrito en: Desde la frontera Latinoamérica, planeta, biodiversidad, millones

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