Sócrates lo dijo: 'conócete a ti mismo'

Y de repente llegamos a los 40, 50 o 60 años de edad y nos sumimos en tremendas crisis existenciales. Diario frente al espejo tenemos un recordatorio de canas, arrugas y flacidez, entonces al vernos, pintamos la situación de forma terrible y negativa, nos ¡aterra! que el reloj no deje de avanzar. Sin embargo, el paso del tiempo nos regala la bendita experiencia del "Autoconocimiento", de conocer mejor el mapa de nuestro camino, de ese camino, que es absolutamente personal, no comparable y completamente particular, único e irrepetible. La mayoría de nosotros tenemos ideas tontas a cerca de quienes somos y a cerca de muchísimas reglas rígidas de cómo se debe vivir la vida. Si tuviéramos más comprensión y conciencia de quienes somos, viviríamos de manera más efectiva, eficaz y diferente. Cuando somos muy pequeños aprendemos cómo debemos sentir a cerca de nosotros mismos y a cerca de la vida de acuerdo a las reacciones y experiencias de los adultos que nos rodean, esa es la forma en que aprendemos qué debemos pensar de nosotros mismos y de nuestro mundo. Lo cierto es que, nadie vive e interactúa como tú, nadie percibe las sensaciones que tu sientes. El autoconocimiento es un camino infinito, sirve para reflexionar sobre uno mismo, es el comienzo de nuestra filosofía, y para crecer debemos tomar de nuestra familia lo que nos sirve y desechar lo que en este momento ya no sea útil y efectivo. Habrá que cuestionarnos y utilizar nuestro propio sentido común y criterio e inventar nuestra auténtica filosofía de vida, de acuerdo con el tiempo en que vivimos, con nuestro ser y con nuestros propios valores. Para eso es necesario descubrimos capa por capa como la cebolla, este es un aprendizaje que nunca se termina, siempre estamos en continuo cambio, el ser humano nunca está terminado, siempre estamos en el proceso de convertimos en mejores seres humanos. El autoconocimiento nos permite tener paciencia con nuestras debilidades, humildad con nuestras fortalezas, para tener equilibrio, debes conocerte totalmente, desde tu lado mas noble, hasta tu lado más perverso. Conectar con nuestra propia esencia nos ayuda a aspirar a la coherencia de vivir una vida acorde a los propios valores y expectativas. Antes de tomar decisiones importantes debes tener claro, quién eres y qué quieres. Ser el observador de tu vida, es el secreto de la sabiduría y la felicidad, el autoconocimiento es un faro en nuestro camino, la manera como definamos nuestra identidad marcará nuestra vida, como nos percibamos, así actuaremos y la etiqueta que nos coloquemos determinará nuestra calidad de vida. No son las canas, no son los años, la sabiduría es aprender a discernir y tomar mejores decisiones de acuerdo a toda esa experiencia, elegir no mentir, no mentirnos y dejar de elegir a quien nos miente, darnos permiso y permitir, darnos tiempo y respetarnos, relajarnos apreciar, valorar y honrar la vida, perder la vergüenza para amar y amarnos. La vida no es lineal, son cambios, son ajustes, es movimiento, transformación, no aplican reglas, los cambios nos mueven y nos ponen vulnerables, así se siente el paso entre lo viejo y lo nuevo, así que es bueno replantearnos nuestra manera de vivir de vez en cuando. A todos nos llegará un día en que tenemos que dejar de buscar respuestas afuera y empezar a buscarlas dentro de nosotros mismos, por eso sería importante, revisar metódicamente nuestras creencias, nuestros valores, examinarlos, investigar con gran honestidad si estas ideas realmente encajan con lo que queremos, somos y necesitamos o son solo una herencia más que debemos desechar. La esencia de la vida es ir hacia adelante, fluir, sin oponernos a lo que es y a lo que somos, nos exige revisar esa tendencia a la hipocresía y ser un poco más honestos, tanto con nosotros mismos como con los demás. La vida es tan simple y natural que apenas se nota, por poner más atención al mundo exterior. Tal vez necesites un tiempo de reflexión o de estudio para consolidar tus convicciones, sin duda, hay buenas razones para prender la luz y conocer el mapa para no andar tan perdidos ¿No crees?