
Almendras regulan niveles de colesterol
Por su riqueza en vitaminas del complejo B, fibra y potasio, el consumo regular de almendras se ha vinculado con un incremento de las lipoproteínas de alta densidad (también conocidas como colesterol HDL o "bueno") y ayuda a reducir las lipoproteínas de baja densidad (conocidas como colesterol LDL o "malo"). Esto es de gran ayuda para prevenir la formación de placa, y reducir el riesgo de distintos problemas cardiovasculares.
Las almendras tienen una importante cantidad de vitamina E, reconocida como un poderoso antioxidante. Esta propiedad es especialmente útil para combatir a los radicales libres, moléculas inestables que afectan las estructuras celulares sanas, aumentando el riesgo de diferentes enfermedades, incluido el cáncer. Por sus efectos antioxidantes, el consumo de almendras también se asocia a una mejor función del sistema inmunitario.
Gracias a la presencia de compuesto antioxidantes (como la vitamina E) las almendras, así como su leche y aceites, son útiles para el cuidado de la piel, es común que se los encuentre entre los ingredientes de diferentes productos cosméticos y de cuidado personal. La evidencia disponible señala que pueden ayudar a retrasar la aparición de arugas, y aliviar la piel seca.
Por su riqueza en fósforo las almendras se suelen vincular a una mejor salud ósea y a la prevención de enfermedades de los huesos, como osteoporosis. También son una excelente fuente de energía (gracias a su contenido de manganeso, cobre y riboflavina) e incluso se las vincula con una mejor salud digestiva (por su contenido de fibra) previniendo afecciones como el estreñimiento.