Editoriales

OPINIÓN

Chabelo y su catafixia

DurangoNómico

Chabelo y su catafixia

Chabelo y su catafixia

ESTEBAN G ROSAS

Hace una semana leía la columna de Raymundo Riva Palacio en el periódico El Universal, titulada "Necesitamos otro Chabelo".

Este personaje, argumenta el citado columnista, fue factor de "cohesión social" en la sociedad durante 50 años, su programa visto por millones de mexicanos, sus hijos y sus nietos, promocionaba la unidad familiar y generó un gran capital social entre los chabelistas de clóset.

Hoy no puedo mencionar a nadie, bueno si algo la selección nacional de futbol, que tenga un poder de convocatoria similar al "cuate Chabelo". Seguro que, si se hubiese postulado para presidente, habría ganado con 97 millones de votos a su favor.

Yo creo que ese capital social que se aglutinaba en torno a don Xavier López es un buen tema, para analizar e impulsar en los siguientes y ya próximos comicios en nuestro país. Rescatarlo significaría darle poder a un sector que nadie "pela"; familias que añoran esa exaltación de los valores de convivencia en casa, de líderes limpios y sencillos, capital social que apoyaría a generar mayor cohesión social, o bienestar para todos.

Propongo explorar la posibilidad de registrar el partido CATAFIXIA (Catapulta, para FIJar el rumbo de la economIA). En la RAE, Real Academia Española, se incluyó ese término debido a la popularidad que inició Chabelo y en el diccionario se lee como "intercambio de un objeto por otro, sin que necesariamente importe el valor de ambos". Si bien este mundo está en proceso de catafixiar modelos económicos por otros, como regionalización contra globalización,en este partido , obviamente incluyente, esta organización ciudadana no solo seguiría políticas exitosas en otros lares, sino las "tropicalizaría" para hacer nuestras las mejores prácticas de desarrollo.

Evalúen ustedes durante esta Semana Santa, en curso, en el lugar que se encuentren (a algunos no nos alcanza ni para quedarnos), lo sensacional que es convivir en familia, enterarnos de lo que viven nuestros hijos y familiares en un ambiente de tranquilidad; decía el gran polo-polo, "hasta sirve que los conozcas".

Sin pasar por obvio la obligación que tenemos de agradecerle a Dios por lo bueno y por lo malo que nos pasa; Él aprieta, pero no ahorca.

Gracias, Chabelo. Bendiciones a todos. Descansen, pero que no baje el ánimo.

Escrito en: OPINIÓN social, capital, hijos, Chabelo

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas