
Cocina con flores y brotes
La integración de flores en la comida es una práctica que hemos tenido desde tiempos ancestrales. Los aztecas las utilizaban para darle aroma y sabor a las bebidas con cacao, además de tener en su dieta a las flores de calabaza, de izote, gualumbos, cempasúchil, de cactáceas y colorines. Esto se afirma en el recetario El cocinero mexicano, publicado por primera vez en 1831 con menciones a la rosa de Castilla, la borraja, el mastuerzo, la malva, el azahar, y la flor de durazno, ya sea en la cocina salada, dulce, destilados, licores o compotas.
Basta con visitar un mercado y saborear una quesadilla de flor de calabaza, un crisantemo capeado en caldillo de jitomate, así como la delicadeza de una nieve de rosas decorada con pétalos de dalia. Los usos y costumbres de las flores en la cocina permanecen.
CADA DÍA MÁS USADAS
Hay otras flores que al día de hoy son comunes para nosotros y que compartimos de manera global como son el azafrán, alcachofa, brócoli, alcaparras y jamaica.
Borraja
La antocianina, un antioxidante, está en los tonos azul y púrpura de las violas o borraja.
La bugambilia y la borraja también son flores que tienen usos medicinales dentro del mundo de la herbolaria mexicana.
Pigmentos
Los pigmentos naturales de las flores son una rica fuente importante de minerales.



