
Cura tu molcajete
Al ingresar a la escuela de cocina uno de tus primeros utensilios en la materia de cocina mexicana será el molcajete, un mortero de piedra volcánica labrado con cincel y martillo a punta de perfección. El favorito para las salsas martajadas, la textura que deja es única.
El propósito de curar los molcajetes y metates, o cualquier otro utensilio elaborado con piedra es rellenar los poros del material y pulir su superficie. De esta manera, evitamos que pequeñas piedras se desprendan y contaminen los alimentos.
EL PASO A PASO
Para evitar que te rompas un diente con una piedrita suelta, primero lava bien tus piezas con jabón y una escobilla para sacar impurezas y deja secar completamente.
Una vez que estén secos, debes moler arroz o sal de grano en ellos con el metlapil (el rodillo del metate) o con el texolotl (la piedra del molcajete), para que las piedrecillas, polvo demás impurezas salgan de ambas piezas. Es probable que las primeras veces la molienda salga de color grisáceo, por ello, el proceso debe repetirse las veces necesarias, hasta que el arroz o la sal dejen de tener puntitos grises y los poros estén sellados a la perfección.
Por último, para completar el proceso debes volver a lavarlo, dejar secar y tus piezas estarán listas. Recuerda que los molcajetes están hechos para durar toda la vida, seguramente puede ser parte de la herencia que deje en la familia para que siga en uso dentro de la cocina.
Los molcajetes también pueden ser un vehículo de calor. Eleva su temperatura en un horno o sobre un asador durante 20 minutos. Añade la carne, nopales, chiles jalapeños y cebollitas cambray.