Durango resultó muy competitivo, pero hay rubros pendientes
Los fríos números reflejan una realidad ineludible: Durango se colocó este año como la ciudad más competitiva en su rango de población, según el Índice de Competitividad Urbana del IMCO. Esta posición de privilegio represetó un salto de tres peldaños, pues en la medición del 2022 la ciudad de Durango se había colocado en el cuarto renglón. Sin embargo, no pueden quedar de lado algunos indicadores que reflejan serios problemas sociales que se deben atender.
La fortaleza neurálgica para obtener este resultado es el sistema político estable y funcional, rubro en el que se ubicó en el segundo peldaño del ranking nacional que encabezó la ciudad de Mérida. Esto se traduce en instituciones públicas íntegras y confiables, certeza jurídica, finanzas sanas y una visión a largo plazo en la planeación urbana.
Pocas ciudades en el país pueden presumir de la solidez y madurez institucional que exhibe Durango, como lo certifica su primer lugar en participación electoral y en rendición de cuentas.
Un crecimiento importante de la capital duranguense fue en la percepción de seguridad, en el que Durango pasó del lugar 16 en 2022 al 5 en 2023; con tasas mínimas de 4 homicidios y 19 delitos del fuero común por cada 100 mil habitantes, afianzándose entre los municipios más pacíficos y con mejor protección ciudadana.
En contraste, Culiacán y Mazatlán, ciudades a las que Durango desplazó en la medición del 2023, obtuvieron calificaciones menores en sistema político estable y funcional, con 76.92 y 57.69 puntos, respectivamente, ubicándose en los últimos lugares del ranking en este rubro. Sus altibajos políticos y de gobernanza afectan la visión a largo plazo.
Hermosillo va un paso adelante con 87.5 puntos, pero aún está por debajo de los 100 de Durango, que goza de un clima de civilidad y certeza jurídica envidiable a nivel nacional.
Durango refrendó el primer lugar nacional en el indicador de medio ambiente, con nulos desastres naturales y su elevada capacidad de tratamiento de agua en operación.
El análisis del IMCO refleja así una ciudad de Durango más ordenada, sobresaliendo también en el indicador de sociedad, sistema político, derecho y gobiernos, entre los 10 primeros de todo el país, convenciendo por su mayor equilibrio, visión institucional y bajos niveles de violencia.
Pero si bien la capital duranguense lidera su categoría de ciudades, esto no significa que haya alcanzado la perfección ni que no existan áreas de oportunidad. Al contrario, en al menos 7 rubros arrastra rezagos que urgen focalizar.
Uno de los más apremiantes es en víctimas por accidentes relacionados con transporte, ubicándose en el último lugar de competitividad. Sus 419 víctimas por cada 100 mil habitantes colocaron a la capital duranguense en el lugar 66 de 66 ciudades, exhibiendo que se requieren políticas agresivas de mantenimiento vehicular, mejoramiento de cruceros conflictivos, campañas de educación vial y mayor supervisión de las normas de tránsito para revertir esta peligrosa tendencia que cada año afectó a cientos de personas.
También preocupa la alta proporción de personas por debajo de la línea de bienestar (43%) y la enorme brecha salarial de género (37.9%), ya que reflejan desatención hacia grupos sociales y económicos vulnerables que la prosperidad macro no está permeando.
No menos importante es el indicador de mortalidad infantil, que superó las 17 defunciones por cada mil nacimientos, situando a Durango en el lugar 56 de 66, entre otros indicadores que completan este inventario de flaquezas a superar.
La tarea está clara para gobierno y sociedad civil duranguenses: no dormirse en los laureles y encarar con decisión estos déficits para que la capital duranguense emule el desarrollo armónico e integral que exhiben las metrópolis del mundo más competitivas. Mantener el liderazgo demanda no detener el paso.