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El origen del café

Hoy volvemos a lo que los antepasados hacían: reducir el consumo de agua al procesar el café.

Hoy volvemos a lo que los antepasados hacían: reducir el consumo de agua al procesar el café.

EL UNIVERSAL

Dicen los Oromo, allá en el Suroeste de Etiopía, que el arbusto de café nació de las lágrimas de un dios. Cuando uno está en esas tierras rojas de bosques, niebla y gritos animales, sin pausa un solo momento del día, cuando se está allá donde dicen que nació la humanidad y se encuentra uno con un cafetal del sotobosque etíope, no hay duda, así fue: las lágrimas de un dios sobre el suelo crearon el café.

Luego, el café tuvo que pasar por agua para viajar por el mundo. Los Oromo fueron esclavizados y llevados al otro extremo del Mar Rojo, a Yemen, donde tuvo su primera excursión fuera de África. Por agua, siglos después, viajaría de Egipto a Europa, y desde ahí, también por agua, a las colonias que los imperios centroeuropeos dominaban en Asia y América. Y, así, las lágrimas del dios cubrieron todo el trópico, el que va de Cáncer a Capricornio. Desde entonces, los frutos del café son el día a día de millones de devotos de la bebida más consumida en el mundo (solo después del agua).

Tan importante para el café el agua, como su ausencia. El fruto del cafeto solo es posible nueve meses después de la floración del arbusto. Pero esa floración requiere una condición muy especial: un periodo de sequía, una pausa en el trópico lluvioso para que el estrés hídrico al romperse con las primeras lluvias haga florecer y luego fructificar al café. Sin esa sed, el cafeto no florece. Y, luego, todo lo contrario; la planta requerirá agua con cierta frecuencia y abundancia para poder llenar el fruto y que sus dos semillas vayan bien nutridas, porque esos nutrientes serán el futuro sabor de la bebida que tanto nos gusta. Cuando se cosecha, la fruta madura del café es alrededor de 60% agua. Y si los ciclos de sequía y lluvia cambian, se pone en riesgo la fruta. Todas las frutas que una planta puede dar, que van de dos a cinco kilogramos, que transformados hacia el final del ciclo de café podrían significar de medio a un par de kilos de café tostado.

Escrito en: café origen café, agua,, lágrimas, después

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