El poder de los rituales

Los rituales han estado presentes en la vida del ser humano. Desde festejar una graduación, soplar las velitas en el pastel de cumpleaños, a la celebración de bodas o funerales, pasando por las fiestas de los pueblos o ciertas ceremonias relacionadas con la naturaleza. Un ritual es la creación de un espacio sagrado en donde parar, conectar y dar sentido a un momento significativo de la vida que nos conecta con el mundo de lo sutil y simbólico. Cuando creamos un ritual, con una intención clara, se abre un espacio de transformación y sanación profunda. Los rituales no ayudan a unir el mundo físico y el espiritual.

Cuando se acaba el año no vemos la hora de comenzar un nuevo ciclo del calendario, es como si hiciéramos borrón y cuenta nueva, es increíble cómo del 31 de diciembre al 1 de enero tenemos ese sentimiento de que las cosas van a cambiar y serán mejores, que se cumplirán todos nuestros deseos, siempre cada año que viene es un motivo para volver a sentirse optimista con el futuro que se acerca.

El fin de año es una época de reflexión, revisión y de cerrar ciclos o abrir otros nuevos, por ello, es común tener rituales que busquen llamar al amor, la salud, la suerte, la abundancia, los viajes o lo que sea que se espere del siguiente año.

Este tiempo nos invita a soltar el año y dejar que su energía comience a resbalarse porque ya no nos pertenece, pronto terminará y vendrá un año diferente no será mejor ni peor, será diferente. El encanto de año nuevo es el iniciar una nueva oportunidad, un año limpio, pero yo me pregunto ¿por qué a nadie le gusta terminar? ¿porque a nadie le gustan los finales? todos quieren su comienzo exitoso, es decir, que las cosas de la nada comiencen bien y con garantías, pero el secreto no está en el comienzo, si no en el cierre del anterior, la vida es un eterno dejar ir, solo con las manos vacías puedes recibir lo nuevo. Lentejas, uvas, calzones rojos, ¿cuál es el mejor ritual para garantizar la abundancia, el amor y la prosperidad el siguiente año? ¿Cómo deshacernos de las "malas vibras" o energía negativa del año que se termina? ¿Será que comiendo lentejas, colgando borreguitos en la puerta de la casa o poniéndome calzones amarillos me llegue la abundancia y la prosperidad? quizá, si doy la vuelta a la manzana con una maleta el próximo año realice el viaje de mis sueños... ¿Superstición o realidad?

Lo que sí creo es que, tu mejor amuleto es tu energía. Con el final y la llegada de un nuevo año se renuevan los deseos en busca de comenzar de la mejor manera, tenemos la oportunidad de invocar cambios positivos en todos los niveles: nivel colectivo, individual, para nuestras relaciones, hijos y nuestra prosperidad. Nuestro porvenir, nuestro sustento, nuestro destino, no es donde estamos ahora, sino donde estaremos mañana después de haber vivido el ahora.

Es en estas fechas cuando nos podemos conectar con la energía de nuevos comienzos, con la potencia de nacer, es el momento indicado para "recargar nuestras pilas", hacer una reflexión del año transcurrido para sacar lo mejor de él, para que valores lo que has crecido y veas lo que has aprendido en los momentos "difíciles", tus logros son importantes, aprecia lo que has hecho por ti.

También, es una fecha ideal para tener en cuenta a todos quienes nos acompañaron a lo largo del año y nos brindaron su amistad, su ayuda y nos hicieron pasar buenos momentos, es una oportunidad no sólo para celebrar y mirar al futuro, sino para considerar el pasado.

La llegada del nuevo año representa el agradecimiento, el perdón y los buenos augurios para el ciclo que comienza, te invito a reflexionar sobre el año que terminó y que el nuevo año sea el comienzo de un camino con más amor y luz, de un nuevo nacimiento espiritual. Hay una necesidad de obtener una perspectiva espiritual más profunda...

¿Qué quieres? ¿estás progresando o simplemente existiendo?. No sabemos a ciencia cierta qué hay detrás de cada una de estas tradiciones y rituales de Noche Vieja, a veces solo las realizamos por costumbre y les atribuimos connotaciones mágicas o religiosas, lo cierto es que el poder de los rituales va mucho más allá... Haya o no magia detrás de todo esto, el poder de un ritual otorga a las cosas una fuerza simbólica y una visibilidad mucho más clara que intensifica a la conciencia todo aquello que se anhela.

Crear un ritual en este momento del año, nos permite comprender e integrar todo el potencial de estos cambios, y vivirlos desde un lugar de mayor claridad, sabiduría y agradecimiento. Esta noche observa lo que has dejado atrás, es tiempo de soltar el año y dejar que su energía comience a resbalarse porque ya no nos pertenece, pronto terminará y vendrá un año diferente, no será mejor ni peor, solo diferente... Despide lo viejo, incuba y vibra lo nuevo, lo que renace, celebra y date un aplauso por lo bien que lo has hecho. Agradecer te lleva a recordar que te sobran razones para ser feliz. ¡Feliz año Nuevo!