
Equivocaciones y descuidos se viven dentro del IMSS, pero también se conoce a los 'ángeles'
En tres pequeñas historias se pueden resumir lo que viven familiares de pacientes hospitalizados en el Hospital General de Zona Uno del IMSS, desde descuidos hasta mala preparación de profesionistas.
Dos de estas tres historias, que fueron platicadas por quienes estuvieron presentes, reflejan el descuido, pero se ignora si son del personal de enfermería o de los mismos galenos.
La tercera historia refleja la incapacidad que llegan a tener algunos trabajadores del personal de enfermería, aunque también, la excelente preparación de otros.
Las tres historias registraron un final, si no feliz, si afortunado, que no pasó a mayores y que, posiblemente, pasará para el anecdotario de quienes lo vivieron, aunque en el momento no supieron si fue coraje o agradecimiento a Dios.

Un ángel salvó a mi papá
La semana pasada, en el cuarto piso del Hospital General de Zona número Uno, a un paciente que tenía un catéter en el cuello, un enfermero hizo una maniobra con el catéter, pero en determinado momento algo pasó y el paciente empezó a sangrar del cuello.
Una mujer que acompañaba al paciente fue la que se dio cuenta de lo sucedido y le pidió al enfermero que le quitara el catéter a su papá porque se estaba desangrando.
El enfermero le respondió que solo un médico es el que puede hacer esa maniobra, por lo que le solicitaron a un doctor que le retirara el catéter al paciente.
La respuesta del galeno les sorprendió, pues solo refirió que él no era el médico del paciente y, por lo tanto, no podía meterse con un paciente que no sea su responsabilidad.
Esta respuesta frustró a la mujer que acompañaba al paciente, porque el enfermero se deslindó echándole la culpa a los médicos, y los médicos se deslindan si no son sus pacientes.
La mujer gritando pedía que alguien atendiera a su papá y el enfermero salió corriendo por una enfermera que fue el “ángel” que salvó a su papá.
La enfermera entró y actuó rápido, pero a la vez explicándole al enfermero cómo actuar en ese tipo de situaciones.
“La enfermera no era de esa área, a ella le toca atender diálisis, pero pasaba por ahí y atendió a mi papá”, mencionó la familiar del paciente.
La enfermera realizó en cuestión de segundos una maniobra corrigiendo el problema y explicándole al enfermero qué y cómo actuar.

Entró por problema estomacal y casi le cortan la pierna
En otra cama del mismo cuarto piso, a un paciente lo tuvieron en ayuno desde la noche del día anterior porque sería de las primeras cirugías del día siguiente.
Cuando llegó la hora de llevárselo a cirugía, el personal de enfermería se equivocó de expediente, al menos esa es la explicación que tiene la esposa del paciente a lo que sucedió.
Resulta que ella acompañó a su esposo hasta donde ya no pudo hacerlo y no le quedó otra que regresar al cuarto a esperarlo.
Mientras tanto, el paciente entró a quirófano y cuando los especialistas empezaron a aplicarle la anestesia, uno de ellos le preguntó que cómo se sentía de sus piernas.
“No pos muy bien, me hubiera venido caminando al hospital, pero mi esposa insistió en venirnos en taxi”, fue la respuesta del paciente.
Pero algo no le gustó y antes de perder el conocimiento le dijo a los especialistas que lo que a él le molestaba era el estómago. Fue lo último que se acuerda haber comentado.
Resultó que a los especialistas les extrañó lo que comentó el paciente y revisaron el expediente…
Los médicos estuvieron a punto de abrirle la rodilla al paciente porque ese era el expediente que a ellos les entregaron, y ya dormido el paciente verificaron la rodilla y vieron que no presentaba problema alguno.
Hoy la esposa del paciente se ríe al platicarlo y se burla de su marido, al que ya mero lo dejaban sin una pierna, le dice.

Se equivocaron de prótesis
Esta tercera historia también refiere a un paciente masculino del cuarto piso quien ingresó al hospital por un accidente de motocicleta que le fracturó la cadera.
El paciente fue trasladado de su cama a los quirófanos, y cuando los especialistas le aplicaron la anestesia y estaban a punto de iniciar con los cortes, por alguna razón revisaron la prótesis del paciente.
Algo no les gustó y comenzaron a medirla detalladamente, dándose cuenta de que no correspondía a las indicaciones que requería el paciente.
Afortunadamente, no lo abrieron en ese momento porque hubiera sido doble dolor para el paciente, quien de por sí ya sufría por su cadera rota.
Lamentablemente, fue reprogramado para cuando llegara la prótesis correcta.