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PERSONAJES ILUSTRES

Everardo Gámiz Olivas (o la historia zangoloteada)

SERGIO SÁNCHEZ CARRASCO

La vasta obra del profesor Gámiz (1887-1969), es un referente de la cultura popular durangueña, pero como todo trabajo, no está exento de fallas. Si bien es cierto que los investigadores de historia a veces cometen errores o, eventualmente, surgen pruebas que dan un nuevo giro a las cosas, en Everardo Gámiz Olivas encontré irregularidades que se convirtieron en desencanto. Mi intención no es denostarlo, sino efectuar una crítica constructiva ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión; además, las autoridades o ídolos de cualquier tipo no son perfectos.

Cuando leí "Leyendas Durangueñas" (1930), fue una experiencia emocionante, e incluye "La Plazuela del Terror" (la Baca Ortiz), donde supuestamente la Santa Inquisición ejecutaba a los condenados a muerte. Sin embargo, después me di cuenta que Everardo Gámiz tomó esa idea del libro "Durango Gráfico" de Carlos Hernández (1908); pero Gámiz agregó contenido fantasmagórico señalando que los espíritus de los sacrificados rondaban en la Plazuela por la noche, lanzando tremendos aullidos lastimeros. Lo lamentable de la versión falsa de Gámiz es que trató de hacerla pasar como verdadera en su libro de corte académico "Historia del Estado de Durango" (1953), donde no ofreció ningún tipo de prueba para demostrar las ejecuciones del Santo Oficio (que en realidad no sucedieron en nuestro estado) ,y por si eso no fuera suficiente, reiteró los elementos sobrenaturales. Que decepción (snif).

Después me di cuenta que Everardo Gámiz cometió pifias en el apoyo que brindó para el "Diccionario Geográfico, Histórico y Biográfico del Estado de Durango" (1946), autoría de Pastor Rouaix.

Y para que la cuña apriete, enseguida transcribo parte de un acta de sesiones del Congreso del Estado de Durango correspondiente al año 1922, donde el entonces diputado local Everardo Gámiz Olivas, se aventó un round con su colega diputado Carlos Cárdenas; el texto refleja la forma en que pensaba nuestro protagonista.

"El C. Cárdenas.- [...] Ahora, según se desprende de las exposiciones del Sr. Diputado Gámiz, él es el único consciente y todos los demás somos unos inconscientes según su criterio, y nos ve como a un niño de escuela que le pregunta a su maestro: '¿Cuánto son cuatro por tres?' Y el niño dice: 'Cuatro por tres son doce', y el maestro le dice: 'No, cuatro por tres son nueve', y el niño dice: 'Muy bien, cuatro por tres son nueve porque así lo dice mi maestro'. Ese precedente que ha sentado el Sr. Gámiz es muy lamentable ,por cierto; él debe comprender que como Diputado no puede tener maniquíes en el Congreso, porque en este H. Cuerpo debe haber hombres libres para proceder e interpretar la Ley conforme a su criterio, porque nosotros no estamos obligados a pensar con el criterio de uno o dos diputados y nadie puede exigirnos que pensemos con el criterio de otro. Aquí, cada quien interpreta las cosas según su criterio, ya sea éste erróneo, prudente o sensato, pero como quiera que sea, el ciudadano Gámiz siempre está tratando de darnos clases como si fuéramos sus alumnos.

El C. Gámiz.- ¿Me permite hacer una aclaración?

El C. Cárdenas.- Sí señor.

El C. Gámiz.- Estamos en una lucha de opiniones y estoy en mi perfecto derecho de expresar mis ideas con entera libertad, y con el mismo derecho están todos. Yo no trato de darles clases a usted, Sr. Cárdenas, porque ni las entiende".

Escrito en: Personajes Ilustres Durango Everardo Gámiz Olivas Gámiz, Everardo, tres, cuatro

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