
Hoy se cumplen 33 años de la visita de Juan Pablo II a Durango
Fue un 9 de mayo, pero hace 33 años, cuando el papa Juan Pablo II pisó tierras duranguenses por primera y única ocasión, marcando la memoria de miles de creyentes de la iglesia católica.
En octubre de 1989, más de medio año de la visita de Su Santidad, el entonces arzobispo de Durango, Antonio López Aviña, dio la noticia en Casa de Gobierno.
Desde ese momento, comenzaron los preparativos para la visita de uno de los obsipos más queridos y aclamados por los mexicanos.
LOS PREPARATIVOS
Para el año 1990, la población de la ciudad de Durango era de aproximadamente 450 mil habitantes. Tras el anuncio de la visita de Juan Pablo II, se estimó la llegada de alrededor de 800 mil feligreses a la capital, cuando la ciudad carecía de infraestructura hoterlera para albergar a tal cantidad de personas.
Comenzaron los trabajos de reparación de redes de agua potable y drenaje, y se rehabilitaron los espacios que visitaría Su Santidad.
Conforme se acercaba la fecha de la visita, la sociedad duranguense ayudó a solucionar el problema de falta de infraestructura hotelera, pues cerca de tres mil hogares se inscribieron a un programa para albergar a los feligreses que llegaban de diversas partes del país e incluso del extranjero.
Estas colaboraciones, aunadas a que trabajadores de servicios públicos laboraron horas extras, negándose a recibir remuneración por considerarlo una contribución a la visita del papa, lograron que la ciudad de Durango estuviera lista para la llegada del obispo de Roma.
LA LLEGADA
Fue un miércoles 9 de mayo de 1990, a las 10:40 horas, hace exactamente 33 años, cuando el papa Juan Pablo II pisó tierras duranguenses.
A su llegada, se trasladó al Centro de Reinserción Social (Cereso) 1, marcando la primera vez que un papa visitó una prisión en México.
Fue recibido por niños, jóvenes y adultos, y en el lugar sustuvo una charla con internos que atravesaban un proceso legal.
Mientras tanto, en el bulevar Francisco Villa se pudo observar una gran valla humana, por donde pasaría el papamóvil que llevaría a Juan Pablo II hacia el Teatro Ricardo Castro, a un encuentro con más de tres mil empresarios.
Horas más tarde, se presentó en la Catedral Basílica Menor, donde cientos de duranguenses se dieron cita para recibir la bendición del papa y escuchar un mensaje de fe.

En su estancia de dos días, Juan Pablo II también acudió a una explanada en Jardines de Durango, donde hoy se encuentra un centro comercial, donde ofició la Celebración Eucarística y donde fueron ordenados 14 sacerdotes duranguenses y otros 86 de todo el país.
El obispo también visitó el Arzobispado, y como última actividad, festejó a las mamás duranguenses el 10 de mayo, regalándoles la palabra de Dios y dándoles la bendición.
La visita de Juan Pablo II marcó uno de los momentos más recordados por miles de duranguenses, pues hasta la fecha es el único papa que ha visitado Durango.
