
Entrevista completa con propietaria de La Cremería.
Para rendir un sencillo pero sincero homenaje a establecimientos locales de comida que han sido frecuentados por la raza durante mucho tiempo, voy a estar reseñando algunos que ya forman parte de nuestra cultura popular durangueña.
Comienzo con La Cremería, fundada en 1953 y ubicada en calle Pino Suárez número 509 oriente, Zona Centro de la ciudad de Durango. Por el nombre, pudiera pensarse que ahí se vende crema comestible, productos lácteos y carnes frías, pero no es así.
La Cremería es una cocina con menú variado: gorditas, tortas, tacos, etc., pero el platillo estelar son los burritos, que se han hecho legendarios durante décadas, gracias a su ingrediente especial consistente en un aderezo jugoso y picosito inventado por don Jorge Meraz, fundador del negocio.
Hay cuatro categorías de burros, a todos les ponen el famoso aderezo, y la diferencia estriba en su composición: el burro "sencillo" es con carne deshebrada; el "combinado" también lleva la carne, pero con aditamento extra que puede ser jamón o aguacate, según lo prefiera el cliente; el "especial" reúne de un jalón todos los elementos descritos; y por último tenemos la magna obra gastronómica denominada el "Águila", con la totalidad de los componentes anteriores y queso amarillo agregado.
Aviso: si les gusta el picante, entonces descubrirán que el aderezo es ideal para ustedes, de lo contrario, tomen sus precauciones. En Google Maps, La Cremería casi tiene la calificación perfecta: cuatro estrellas y media, de cinco.
Por otra parte, si quieren saber cómo eran los comedores durangueños durante la segunda mitad del siglo XX, tienen que ir a La Cremería.
Desde su inauguración, ha tenido pocas variaciones tanto en sus recetas como en las instalaciones, y creo que eso ha influido para que haya permanecido en el gusto del público durante tanto tiempo (la repetición constante crea apego).
Entrar a La Cremería es como viajar al Durango de antaño y vivirlo en carne propia durante algunos momentos, incluso encontrarán buena parte de su mobiliario original, aunque les advierto que no tiene el estilo vintage-fresa-hipster-moderno, que da una falsa y romantizada percepción del pasado.
Debido a su longevidad, La Cremería tiene muchas historias que no les contaré yo, sino su propietaria Carmen Meraz Bustamante, hija del fundador y continuadora de la tradición.
Pueden ver la entrevista que le hice en video, en el código QR que anexo.-
