Mujeres peligrosas

Dicen que las mujeres que leen son las más peligrosas, la lectura les otorga un poder excepcional... pero las que escriben son aún ¡más peligrosas!

Escribir es el equivalente a hacer una limpieza en nuestra mente y desechar pensamientos, emociones y fantasías.

Escribir es una manera de trascender, de dejar huella del paso por la vida y de todo lo aprendido, ¡de protestar!

Mi total y profunda admiración y respeto a las escritoras y sus trabajos, celebro la gran variedad de excelentes escritoras y sus sobresalientes obras que en muchos de los casos han sido relegadas a un segundo plano. Escritoras contemporáneas que han ido marcando el camino a seguir de las que vendrán. Con sus ensayos, novelas, poemas y cuentos, nos han narrado las tragedias, soledades y abandonos.

Hemos atestiguado los dolores, y las grandes pasiones de inolvidables personajes, que con sus lágrimas y su corazón roto, nos han trasmitido sus emociones.

Sus testimonios desgarradores han quedado marcados en nuestra memoria, novelas de impunidad, injusticia y olvido.

Historias de feminismo, de amor, de romances imposibles, relatos de mujeres que han luchado por encontrar su lugar en la vida, mujeres protagonistas de su propia historia, personajes humanos en un mundo complejo marcado por la violencia y por un destino en el que no tienen salvación por vivir en un lugar lleno de desigualdades sociales, intrigas, injusticias y desilusión. Un mundo dominado por hombres donde las mujeres apenas tienen voz y voto, un mundo donde los amores son imposibles, un mundo de magia y brujería, donde todos sus personajes parecen destinados a la tragedia, romances clandestinos y siempre con la esperanza. Torrentes narrativas que no dan tregua y nos privan del aliento. Creaciones inolvidables producto de la inspiración de las mujeres que no deben de caer en el olvido.

De no haber sido por su labor, su tenacidad y su imaginación sin límites no tendíamos ese excelente legado en la cultura.

¿Sabías que muchas mujeres escribieron bajo seudónimos masculinos para que sus trabajos y libros tuvieran el reconocimiento que merecían?

Durante mucho tiempo nos hicieron creer que la literatura era un territorio de hombres, y que las grandes obras de la humanidad fueron concebidas en el fondo de mentes masculinas.

Obligadas a escribir bajo seudónimo, ninguneadas o reconocidas siglos más tarde, las mujeres no han tenido fácil destacar en el campo de las letras.

Algunas de ellas han conseguido sortear la brecha de género y marcar la historia de la literatura universal, libros icónicos escritos por mujeres.

Sería imposible no mencionar a Sor Juana Inés de la Cruz, ella abrió un camino indescriptible con su lírica y su prosa. Considerada una de las precedentes del feminismo, tras criticar sin cuestionamientos las masculinidades de su época.

Virginia Woolf, destacada autora de la literatura inglesa, hoy sigue siendo toda una referente, una mujer que nos ha dejado muchas lecciones feministas, rompía los esquemas establecidos en la época, con temas como la desigualdad de género, el paso del tiempo o la forma en que el arte podía cambiar a las personas.

Simone de Beauvoir, pensadora y novelista francesa, representante del movimiento existencialista y figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer, figura clave para el feminismo desde su obra 'El Segundo Sexo', considerada una especie de Biblia en esta materia.

Desde Sor Juana hasta JK Rowling, escritora, productora de cine y guionista británica, conocida por ser la autora de la serie de libros Harry Potter, quien también tuvo que usar el pseudónimo de JK para no dar a entender que era mujer. Los editores pensaban que los niños no iban a comprar a una escritora.

Gabriela Mistral, Elena Garro, la chilena Isabel Allende, Agatha Christie, Mary Shelley, Laura Esquivel, Emily Dickinson. Todas ellas novelistas y poetas, intelectuales y filósofas, convirtieron la literatura en todo un arte.

Hay mujeres que leen para vivir de otra manera o mujeres que viven de otra manera y por eso leen, y porque leen escriben y esta es la primera transformación, la primera consecuencia de la lectura: surge el deseo de escribir...

Como decía Virginia Woolf: "para leer bien un libro hay que leerlo como si uno lo estuviera escribiendo".

El día de hoy te invito a recuperar y resaltar el legado de las escritoras, además de visibilizar las obras de las mujeres en la literatura.